Tumor en la boca en perros: tipos y tratamiento

Como hemos comentado, los tumores orales pueden ser benignos o malignos. Un tumor benigno en la boca del perro es una masa no cancerosa que no tiene la capacidad de hacer metástasis, es decir, de diseminarse a otras partes del organismo. Aunque estos tumores pueden crecer y causar molestias o problemas a nivel local, no amenazarán la vida del perro si se controlan adecuadamente, más allá de provocar presión o dolor. En la especie canina, los tumores benignos más frecuentes son:

• Papiloma oral: más frecuente en perros jóvenes, es causado por el virus del papiloma canino y se manifiesta como pequeñas masas con forma de coliflor en la mucosa de la boca. Suelen desaparecer por sí solas con el tiempo.
• Fibroma odontogénico: estas masas se forman en las encías y los dientes, y pueden ocasionar desplazamiento dental y otros problemas a nivel local. Generalmente se requiere cirugía para evitar complicaciones.
• Épulis: es un tumor benigno que se origina en las encías y puede causar molestias en el perro y problemas en la masticación, por lo que la cirugía es el tratamiento más eficaz.

Por otro lado, los tumores malignos sí tienen la capacidad de diseminarse a otras partes del organismo del perro, por lo que son mucho más peligrosos y presentan un pronóstico más grave. Entre los tumores malignos más frecuentes en perros se encuentran:

• Melanoma oral: es el tumor maligno más común en la boca de los perros. Suele ser de color oscuro, es muy agresivo y tiene una alta capacidad de hacer metástasis en los nódulos linfáticos o en los pulmones.
• Carcinoma de células escamosas: se origina en las células escamosas que recubren la cavidad oral de los perros. Puede invadir estructuras locales y, en ocasiones, hacer metástasis a distancia, aunque con mucha menor frecuencia que el melanoma oral.
• Fibrosarcoma: este tumor se origina en el tejido fibroso de la boca canina. Es invasivo, diseminándose a estructuras locales o, en casos más raros, haciendo metástasis. Es el menos frecuente de los tres.

El síntoma más común y fácil de reconocer es la presencia de un bulto o hinchazón en alguna parte de la boca del perro, generalmente en la cavidad bucal, como el paladar, la lengua, las mejillas y, muy frecuentemente, en las encías. Estas protuberancias varían en tamaño, pudiendo ser pequeñas masas o presentar un tamaño más evidente. Estos bultos pueden llegar a sangrar si se ulceran, manifestándose como zonas inflamadas, enrojecidas y con pérdida de tejido.

Otros signos clínicos que pueden aparecer incluyen:

• Mal aliento o halitosis.
• Cambios en el comportamiento debido a las molestias o el dolor bucal.
• Dificultad para comer o tragar, prefiriendo alimentos blandos o líquidos, o incluso no comer, lo que puede llevar a una pérdida de peso.
• Babeo, hipersalivación o sialorrea son otros signos clínicos que pueden indicar la presencia de un tumor bucal en el perro.

Si se observa cierto grado de deformación facial, esto también puede ser indicativo de un tumor bucal debido a la extensión del mismo a los tejidos circundantes. Por último, la secreción nasal también puede ser un signo de tumor bucal, especialmente si se encuentra cerca de la cavidad nasal, lo que provoca irritación y la liberación de secreciones.

Las causas de los tumores bucales en los perros se pueden dividir en factores genéticos, ambientales y de estilo de vida:

• Genética. Los factores genéticos, en particular la raza del perro, pueden hacer que algunos perros tengan una mayor predisposición al desarrollo de tumores. Las razas braquicefálicas, como el bóxer o el bulldog, tienen una mayor tendencia a desarrollar tumores orales malignos. El labrador y el golden retriever también parecen ser más susceptibles que otras razas al desarrollo de tumores orales. En todos los casos, los perros de edad avanzada tienen una mayor probabilidad de desarrollar un tumor bucal que los perros jóvenes.
• Factores ambientales. Determinados factores ambientales, como la exposición al humo del tabaco, contaminantes ambientales, productos químicos empleados en el hogar u otros carcinógenos ambientales, aumentan el riesgo de que un perro desarrolle cáncer bucal.
• Estilo de vida. Cuando un perro se alimenta con una dieta sana y equilibrada y mantiene una buena higiene dental, el riesgo de desarrollar un tumor bucal se reduce. En cambio, si no se higieniza la boca del perro y se alimenta de manera inadecuada, estará más predispuesto al desarrollo de un tumor bucal en comparación con otro perro cuyos tutores cuidan adecuadamente su higiene y alimentación.
• Enfermedades y medicamentos. Por último, algunas enfermedades crónicas o el uso prolongado de ciertos medicamentos pueden debilitar el sistema inmune, haciendo que los perros sean más susceptibles a desarrollar problemas orales. Virus como el del papiloma canino, como ya hemos mencionado, predisponen a los perros infectados a desarrollar papilomas orales.

El diagnóstico de los tumores bucales en perros comienza con una exploración de la boca del animal para localizar y evaluar la extensión de la masa o masas, y para identificar lesiones asociadas, como úlceras. Durante esta exploración, se realiza una anamnesis completa, haciendo preguntas al cuidador sobre el comportamiento, el apetito del perro, enfermedades previas y otros síntomas que haya observado en su compañero canino.

Posteriormente, se procede al diagnóstico por imagen, empleando radiografías para evaluar la mandíbula, los dientes y la extensión del tumor, así como para determinar si ha llegado a destruir o dañar el hueso adyacente. Para una mejor evaluación de los tejidos blandos y una estimación precisa de la extensión del tumor y el grado de invasión en las estructuras cercanas, se utilizan pruebas como la resonancia magnética o la tomografía computarizada.

La biopsia es la técnica de diagnóstico definitiva para los tumores bucales en perros. Consiste en la obtención de una muestra de la masa para su análisis microscópico mediante un estudio histológico, lo que permite determinar el tipo celular implicado y diferenciar si el tumor es benigno o maligno. Cuanto antes se diagnostique un tumor bucal en perros, mejor será el pronóstico y mayores las posibilidades de éxito en el tratamiento.

Los tumores malignos requieren un tratamiento más invasivo y presentan un pronóstico más reservado que los tumores benignos. Cuando se indica la extirpación completa para evitar el crecimiento y la diseminación del tumor, el veterinario recetará medicamentos para controlar el dolor postoperatorio y antibióticos para prevenir infecciones, además de una dieta de textura blanda para evitar molestias y dolor en la boca sensible del perro. En algunos casos, puede ser necesaria una mandibulectomía, en la que se extirpa total o parcialmente la mandíbula del perro cuando el tumor ha invadido el hueso mandibular, o una maxilectomía, en la que se extirpa total o parcialmente el hueso maxilar superior.

Por otro lado, encontramos los siguientes tratamientos:

• Quimioterapia: también es muy utilizada en el tratamiento de los tumores orales malignos en perros. Consiste en el uso de fármacos para inhibir el crecimiento o eliminar las células cancerosas. Este tratamiento se emplea comúnmente en tumores orales malignos que se han diseminado o que no pueden ser extirpados completamente mediante cirugía. La quimioterapia puede producir efectos secundarios en los perros, como vómitos, anorexia, inmunosupresión y diarrea.
• Radioterapia: utiliza rayos de alta energía para destruir las células tumorales y se emplea generalmente para reducir el tamaño del tumor antes de la cirugía o como tratamiento complementario para tumores que no han podido ser completamente extirpados quirúrgicamente.

También existen tratamientos alternativos complementarios que algunos cuidadores de perros con tumores bucales pueden elegir, como el uso de estimulantes del sistema inmune a través de suplementos dietéticos para mejorar la salud general del perro afectado. Estos suplementos pueden incluir cúrcuma, aceite de pescado para proporcionar omega 3, acupuntura y fisioterapia para manejar el dolor, o un aumento de antioxidantes en la dieta.

La duración de la vida de un perro con un tumor bucal depende del tipo de tumor, el grado de extensión al momento del diagnóstico, el estado de salud general del perro y la respuesta al tratamiento. Los tumores benignos que se controlan y se extirpan generalmente no afectan la esperanza de vida de nuestros perros. Del mismo modo, los tumores malignos que se detectan a tiempo o que se curan mediante cirugía, con o sin quimioterapia, suelen permitir que el perro mantenga una buena calidad de vida. Sin embargo, los tumores malignos que se han extendido a otras partes del cuerpo reducen significativamente la esperanza de vida del perro, especialmente si la quimioterapia no es efectiva y la enfermedad sigue avanzando, lo que puede llevar a la muerte del animal en un corto período de tiempo.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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