¿Si un perro muerde a una persona hay que sacrificarlo?

En general, según la legislación española, las mordeduras de los perros a personas se consideran infracciones del Código Civil. Solo los casos más graves, en los que se han producido daños que requieren tratamientos o intervenciones quirúrgicas más allá de la primera asistencia y el cuidador no ha tomado las precauciones necesarias para evitarlo, es decir, ha actuado con negligencia, se podría considerar una infracción a nivel penal.

En concreto, sería un delito de lesiones por imprudencia grave o menos grave, como se recoge en el artículo 152 del Código Penal^[1]. En estos casos, que son los menos frecuentes, las consecuencias incluyen la pena de prisión desde unos meses hasta varios años.

Aunque exista la creencia de que si un perro muerde a una persona hay que sacrificarlo, lo cierto es que no es verdad. Lo habitual es que un mordisco leve y puntual no suponga ninguna consecuencia para el perro, aunque sus tutores sí tendrán que hacerse responsables de los gastos que haya originado el daño o incluso enfrentarse al pago de una indemnización, que será de menor o mayor cuantía en función de los daños causados. Se valorará según el baremo de daños y perjuicios existente para los accidentes de circulación.

Hay que recordar que el cuidador es la persona responsable del animal, lo que implica hacerse cargo de cualquier daño que ocasione, en este caso a una tercera persona. Esta responsabilidad no se puede eludir, es decir, aunque el perro haya mordido a alguien durante una escapada, sigue siendo responsable el cuidador (artículo 1905 del Código Civil^[2]). La única manera de evitar esta responsabilidad sería que el perro mordiese en defensa a algún ataque o en casos de fuerza mayor, pero habría que probar los hechos (mismo artículo del Código Civil).

Además, es recomendable:

• Tener un seguro de responsabilidad civil. Los perros potencialmente peligrosos y los residentes en algunas comunidades tienen la obligación de contar con un seguro de responsabilidad civil, que cubre este tipo de incidentes. La nueva Ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales^[3], aprobada en marzo de 2023, recoge la obligatoriedad de que todos los perros tengan este tipo de seguro, pero todavía no ha entrado en vigor.
• Contactar con un especialista en conducta canina. Si un perro muerde, el cuidador debe tomar medidas, esto es, contactar con un especialista en conducta canina o etólogo para ponerle remedio. Hay que asegurarse de que el episodio no se vuelve a repetir y examinar qué es lo que estamos haciendo mal con el perro y qué podemos mejorar. De todas formas, estamos hablando de la situación y de la legislación española. Si vivimos en otros países, debemos consultar las leyes al respecto.

Si tu perro muerde por miedo, te recomendamos este artículo: "¿Qué hacer si mi perro tiene miedo a las personas?".

¿Qué pasa si mi perro muerde a alguien en casa?

Hasta ahora hemos hablado de mordeduras en espacios públicos, pero, ¿qué pasa si mi perro muerde a alguien dentro de mi casa? En estos casos, si la persona es una visita, la situación es como la que hemos comentado hasta ahora, es decir, el cuidador se hará responsable de los daños. Solo si esa persona ha entrado en el domicilio por la fuerza, el cuidador puede estar exento de su responsabilidad, claro que es posible que el caso se lleve a juicio, sobre todo si el mordisco ha tenido lugar, por ejemplo, en una propiedad privada dudosamente señalizada.

En general, si nuestro perro muerde a una persona, lo primero es controlarlo y procurarle asistencia médica al herido. Podemos llevarlo al centro médico más cercano o llamar a una ambulancia si las lesiones son más graves. Es importante que exista un informe que documente las lesiones sufridas, de cara a posibles indemnizaciones o multas. Además, los servicios médicos informarán a las autoridades para iniciar el protocolo correspondiente, que variará en función de cada comunidad autónoma.

Nos referimos al tiempo que el perro debe permanecer en cuarentena, en casa o en un centro, para controlar su estado de salud, es decir, si muestra o no signos clínicos de rabia, una enfermedad vírica transmisible a las personas. Son 14 días en los que un veterinario de la Administración hará un seguimiento, aunque el ejemplar esté correctamente vacunado contra esta enfermedad. Hablamos de ella aquí: "Rabia en perros: síntomas, contagio y tratamiento".

Por otra parte, a la persona mordida hay que proporcionarle los datos personales del cuidador, así como los del perro (número de microchip, documentación, etc.). Esta persona puede llamar a la policía para informar del suceso. Los agentes redactarán un informe y comprobarán la identidad del cuidador y si el perro cumple o no con la legislación, por ejemplo, si llevaba o no bozal (obligatorio para los PPP en la vía pública), iba suelto o atado, etc. Si la persona mordida pretende pedir una indemnización, también tendrá que poner una denuncia en una comisaría.

Finalmente, el cuidador del perro debe dar parte a su seguro de responsabilidad civil, que será quien se haga cargo de los gastos, según las prestaciones contratadas. Si todavía no ha contratado este seguro, puede informar al seguro del hogar, si el perro está incluido. Si no lo está, en AON, compañía de seguros para perros y gatos, encontrarás tanto el seguro de responsabilidad civil como seguros de salud:

La eutanasia es legal en España solo cuando el animal padece una enfermedad incurable que le supone un dolor que no puede paliarse con ninguna medicación. Otra opción legal que se contempla es que la agresividad mostrada por el perro lo haga incontrolable y un verdadero riesgo para la seguridad de las personas. En concreto, la nueva ley prohíbe el sacrificio salvo:

por motivos de seguridad de las personas o animales o de existencia de riesgo para la salud pública debidamente justificado por la autoridad competente" (artículo 27).

Por otra parte:

La eutanasia solamente estará justificada bajo criterio y control veterinario con el único fin de evitar el sufrimiento por causas no recuperables que comprometa seriamente la calidad de vida del animal y como tal ha de ser acreditado y certificado por profesional veterinario colegiado" (artículo 27).

En definitiva, la legislación viene a establecer que la eutanasia es el último recurso. La agresividad es una conducta indeseable, pero se puede reconducir con tiempo, paciencia y el trabajo de un profesional en comportamiento. Solo en los casos en los que, tras el tratamiento, sigue resultando imposible convivir con seguridad con el perro se podría autorizar la eutanasia.

No hay una única multa para los casos en los que un perro muerde a una persona, ya que depende de las características y circunstancias del mordisco y de los daños causados. La mordedura de un perro a una persona se considera una infracción administrativa leve, grave o muy grave, lo que variará el importe a pagar desde unos cientos de euros hasta muchos miles (la horquilla, según la nueva ley, va de 600 a 600 000 euros). Pero también se contemplan agravantes. Por ejemplo, si el perro es PPP y va por la vía pública sin bozal, la infracción se considerará, como mínimo, grave, aunque la herida sea leve.

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