Reproducción de las aves - Características y ejemplos

El cortejo precede al apareamiento, que en muchas especies ocurre en primavera, época favorable para que se produzca la reproducción y puedan criar a los polluelos. Las aves poseen sexos separados y fertilización interna. En algunas especies, como patos y avestruces, el macho posee un órgano copulador, pero en las demás, el macho deposita su esperma dentro de la cloaca de la hembra por simple aposición.

Luego, en el útero de la hembra, ocurre la fecundación y comienza a formarse el huevo, que en el caso de las aves es un huevo amniota, con una cubierta calcárea seca (el cascarón) que más tarde será depositado en el nido e incubado por uno o ambos padres (cuidado biparental), dependiendo de la especie. En especies monógamas, donde las parejas se mantienen por al menos una temporada reproductiva, el cuidado biparental se ve favorecido.

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En cuanto al apareamiento de las aves, son muchas las formas en las que los machos atraen la atención de las hembras. Algunos de los principales métodos de cortejo en aves son:

• El plumaje.
• La cola.
• La salud.
• La construcción de nidos.
• Bailando.
• Limpiar y decorar.

A continuación, veremos cada uno de estos puntos.

Sin duda, uno de los mayores atractivos de los pájaros, es su variabilidad y riqueza de colores. Las plumas suponen un gran avance evolutivo y, al igual que las escamas en los reptiles, brindan un perfecto aislamiento térmico, el cual es de gran importancia a la hora de procesos que requieren un metabolismo muy alto, como el vuelo.

El plumaje también protege a las aves de la radiación solar y del agua. En otras especies, puede servir para otras funciones como regular la flotabilidad, producir sonido, transportar agua, aumentar la audición, etc. El plumaje es también el principal responsable de la figura, color y forma de los pájaros, adquiriendo una importante funcionalidad en la comunicación entre conespecíficos (individuos de la misma especie), ya que sirve para señalizar la calidad de un individuo y así atraer a posibles parejas mediante el cortejo.

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En algunas especies de aves, las largas plumas en la cola o plumones en la cabeza añaden mayor atractivo y riqueza a sus plumajes. Este despliegue de formas favorece a la hora del cortejo frente a las hembras, pero poseer tantos colores tiene un coste: las plumas coloreadas y largas pueden atraer a los depredadores y, en algunos casos, pueden dificultar la huida. A esto hemos de añadir indudables costos energéticos para su producción y mantenimiento.

La larga cola del pavo real (Pavo cristatus) es un buen ejemplo de ello: una estructura tan larga o más que el propio cuerpo y con un considerable peso dificulta claramente el vuelo, especialmente en el caso de una huida rápida. Sin embargo, la longitud de la cola del pavo real y el número de dibujos en forma de ojos (ocelos) que presenta están relacionados con la edad del pavo. La cola es, por tanto, un indicador de la edad del individuo y de su experiencia. En muchos casos, las hembras prefieren emparejarse con los machos con mayor número de ocelos en la cola. Es por ello, que a pesar de que los ornamentos son desfavorables para casos donde el macho debe huir de un depredador (selección natural), existe otra fuerza relacionada con el aumento del éxito para encontrar pareja, y es lo que se denomina selección sexual.

Por otro lado, machos con plumas muy coloreadas, como el caso del carbonero (Parus major) o fringílidos como el jilguero común (Carduelis carduelis) son los que tienen más suerte a la hora de que la hembra los elija. Esto se debe a que el color de sus plumas lo consiguen mediante su alimento.

Cuanto más alimento con carotenos (pigmentos presentes en la vegetación o en animales como las orugas) consiguen, mayor será la coloración de su plumaje, por lo que la hembra lo interpretará como una señal honesta de que un macho posee buena salud y habilidad para alimentar a sus hijos.

Muchas especies de aves poseen diferentes técnicas a la hora de construir sus nidos. Un ejemplo muy llamativo es el del tejedor enmascarado (Ploceus velatus), que construye múltiples nidos espectaculares a lo largo del año, pero ¿por qué lo hacen? La respuesta es simple, para encontrar más parejas y, por otra parte, se debe a que cuantos más nidos construye, más descendencia tendrá.

Los machos crean un nido, atraen a una hembra, se aparean y la hembra cuida los huevos mientras el macho construye otro nido para atraer a otra hembra y así sucesivamente. Y la experiencia del macho se ve reflejada en que mejora su técnica de construcción con los años, y sus nidos serán más elaborados y bonitos.

El gallito de las rocas (Rupicola peruvianus) posee un ritual de cortejo (que se vuelve competencia) y que consiste en una exhibición ante las hembras, donde varios machos se reúnen un mismo sitio entre las ramas y bailan, saltan, mueven las alas y emiten unos sonidos muy particulares (este tipo de cortejo en las aves se denomina Lek), todo esto para impresionar a las hembras, que son espectadoras y se deciden por uno de los machos después de todo el despliegue, aunque muchas veces pueden no estar interesadas y se marchan sin haber elegido pareja. En estos casos, la anidación es realizada solo por la hembra, que prepara el nido sin ayuda del macho, para luego incubar los huevos y encargarse del cuidado de los polluelos.

Otro ejemplo fascinante es el del ave del paraíso soberbia (Lophorina superba), donde el macho ejecuta un elaborado ritual de cortejo, durante el cual extiende su capa negra (sus alas) hasta que solo se ve una franja azul en el pecho y unos ojos azules en medio de una capa totalmente oscura. A continuación, exhibe un baile muy complejo, moviéndose alrededor de la hembra con movimientos semicirculares hasta que la hembra decide emparejarse o alejarse.

Existen casos, como el del pájaro pergolero pardo (Amblyornis inornata), en el que el macho invierte gran parte de su tiempo en despejar una zona del suelo para luego colocar adornos (como conchas, latas, piedras y otros objetos del mismo color) y construir una pérgola para cortejar a la hembra.

En este caso, solo el macho que construya la pérgola más espectacular, logrará aparearse. Durante el ritual de cortejo, el macho se pavonea entre los objetos y emite chasquidos y chillidos, mientras la hembra lo observa desde el centro de la pérgola.

Imagen: Dailymotion

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