Utonagan

Pese a que no disponemos de estándares publicados por las federaciones caninas internacionales, podemos basarnos en los parámetros raciales establecidos por las organizaciones dedicadas a la crianza del perro utonagan y que trabajan activamente en pro de su reconocimiento.

Según la Northern Inuits International Unleashead, el utonagan es un perro de talla grande y de cuerpo ligeramente alargado, es decir, que la longitud del cuerpo supera moderadamente la altura a la cruz. La altura a la cruz mínima es de 66 centímetros para los machos y de 60 centímetros para las hembras.

El cuerpo del utonagan se caracteriza por una espalda ancha y bien musculada, pero flexible, con hombros que están bien juntos a la altura de la cruz. El pecho es estrecho y tiene forma de quilla, con un esternón angulado y prominente, mientras que el cuello es fuerte, largo y muestra gran amplitud de movimientos.

Observando la cabeza de los perros utonagan, identificamos un poderoso cráneo en forma de cuña, que es más ancho entre las orejas y se va estrechando a medida que se acerca a los ojos. Pasando a la región facial, podemos destacar los siguientes rasgos:

• Hocico de buena longitud: recto y moderadamente puntiagudo, con una superficie superior aplanada. Su extremo no debe ser cuadrado ni comprimido.
• Trufa ancha: con fosas nasales bien abiertas, y preferiblemente negra, aunque también se admiten trufas nevadas.
• Ojos almendrados: y colocados oblicuamente, con una expresión alerta, pero amigable. El color más común es el amarillo, pero también se admiten el ámbar y el marrón.
• Orejas triangulares: con puntas ligeramente redondeadas y bien erectas. Su tamaño debe ser proporcional al de la cabeza del can.
• Mandíbulas fuertes: con labios bien apretados y mordida en tijera o uniforme.

El bello manto del perro utonagan está conformado por una doble capa, ofreciendo una excelente protección contra el frío. La capa externa es lisa, de textura moderadamente áspera y longitud media, debiendo ajustarse a la composición corporal de cada individuo, sin colgar ni sobresalir exageradamente. Además, los pelos externos son particularmente cortos y lisos en la cabeza, las orejas, la parte delantera de las patas delanteras y debajo de los corvejones.

A su vez, la capa interna es suave y su densidad varía en función de los factores climáticos y las temperaturas predominantes en cada región o estación del año, tendiendo a volverse más poblada en las épocas más frías.

Respecto de los colores del utonagan, se admite el blanco puro y cualquier combinación de colores “Agouti”, desde gris o albaricoque/damasco hasta negro puro. Independiente del color predominante en el manto del perro utonagan, se permiten caras totalmente blancas o marcas en forma de máscara o gorra.

Se trata de un perro enérgico, pero no hiperactivo, con gran predisposición al trabajo, al aprendizaje y a los juegos. En su núcleo familiar, los utonagan se muestran sumamente cariñosos, pacientes y protectores, principalmente con los niños. Es precisamente este instinto protector que puede hacerlos comportarse de forma reservada o incluso algo desconfiada en la presencia de extraños.

Dado que están muy orientados a la manada, cuando tienen acceso a una buena socialización, los perros utonagan suelen convivir muy bien con otros perros y animales. De hecho, la mayoría de ellos prefiere estar en compañía de sus congéneres o su familia humana, pudiendo desarrollar varios problemas de conducta asociados a la soledad, como puede ser la ansiedad por separación y la destructividad.

También son perros que disfrutan estar al aire libre y sentirse libres para correr, jugar y expresar sus habilidades sensoriales y conductas instintivas. Por ello, suelen adaptarse mejor a casas y entornos más naturales o rurales, que a pisos y grandes ciudades.

Para disfrutar de una vida sana, feliz y longeva, los perros utonagan deben tener acceso a los siguientes cuidados:

Alimentación del utonagan

Independiente del tipo de dieta que decidas ofrecer a tu utonagan, debes tener en mente que la misma debe estar correctamente planificada para suplir las necesidades nutricionales de cada etapa de su vida. Para ello, lo mejor es siempre con la orientación de un veterinario, pero en el siguiente articulo encontrarás algunos consejos valiosos: “Alimentación para perros grandes y gigantes”.

También será clave garantizar que tu perro ingiera un buen volumen de agua diariamente, principalmente en las épocas más cálidas del año. Por ello, asegúrate de siempre dejar a su disposición agua fresca y limpia.

Estimulación física y mental

Como hemos dicho, estos peludos son bastante activos y han heredado de sus ancestros una gran vocación al trabajo y al entrenamiento. Para los tutores, ello implica la necesidad de brindarles un adecuado nivel de estimulación física y mental mediante ejercicios, juegos y sesiones de adiestramiento.

Para la parte más física, es muy recomendable complementar una buena rutina de paseos diarios (al menos 3 o 4) con la práctica de algún deporte canino. Considerando la composición física del utonagan y sus fuertes conductas de manada, es una muy buena idea iniciarlo en el mushing, pero otras alternativas aquí: “Ejercicios para perros adultos”.

Pasando al trabajo cognitivo y sensorial, resulta fundamental enriquecer el ambiente de tu peludo con una buena variedad de juguetes, recursos y estímulos que lo motiven a ejercitarse y entretenerse diariamente, incluso cuando esté solo en el hogar. También es muy recomendable presentarle juegos de inteligencia con regularidad, así como experimentar el sembrado o searching para perros.

Mantenimiento del pelaje

Probablemente, esta es la rutina de cuidados del utonagan que más tiempo y dedicación demandan de sus tutores. Ello porque su hermoso manto requiere de al menos dos o tres cepillados semanales para mantenerse libre de pelos muertos y suciedades. Además, en las épocas de muda, puede ser necesario cepillar al utonagan diariamente.

A su vez, los baños pueden ser reservados para cuando el perro esté realmente sucio. Ten en mente que bañar excesivamente a tu peludo puede debilitar su salud, ya que ello contribuye al desgaste de la capa grasosa que reviste y protege su piel y sus pelos. Además, cada vez que bañes a tu utonagan asegúrate de secar completamente su pelaje, pues el cúmulo de humedad propicia la diseminación de agentes patógenos, como hongos, levaduras y bacterias.

Higiene facial

Limpiar regularmente los dientes de tu perro es la mejor estrategia para prevenir la formación del sarro y las enfermedades dentales asociadas, como la gingivitis y la periodontitis. Si no sabes cómo hacerlo, no dudes en consultar el siguiente artículo: “¿Cómo limpiar los dientes a un perro?”.

También resulta sumamente beneficioso limpiar los ojos y las orejas del utonagan, evitando que allí se produzca una acumulación de humedad e impurezas que podrían conducir a infecciones y otros problemas de salud.

Por último, pero no menos importante, recuerda que ofrecer a tu perro una buena medicina preventiva es la clave para aumentar su longevidad y calidad de vida. En este sentido, las pautas de cuidado más básica son: aplicar las vacunas previstas en el calendario para perros, realizar las desparasitaciones internas y externas con la debida periodicidad, y consultar al veterinario al menos una vez al año para comprobar su estado de salud.

El perro utonagan destaca por su predisposición al entrenamiento y su facilidad para aprender mediante una adecuada motivación. No obstante, es importante que su proceso de aprendizaje comience a una temprana edad, cuando su carácter aún es muy flexible, porque ello permite una más fácil y rápida asimilación de cualquier conducta, truco u orden que queramos enseñarle.

Por ello, recomendamos que comiences a educar a tu utonagan desde su llegada al hogar y, preferiblemente, a partir de sus primeras semanas de vida (siempre respetando, lógicamente, la edad del destete antes de separarlo de su madre). Para ayudarte, hemos preparado la siguiente guía: “Cómo empezar a educar a un perro desde cachorro”.

También es importante reforzar la importancia de una socialización temprana en el proceso educativo del utonagan. Lo ideal es que empieces a socializar a tu cachorro antes de su tercer o cuarto mes de vida, momento en que culmina el periodo crítico de la socialización del perro. Aunque por seguridad no se aconseja sacar a la calle a un cachorro sin vacunas, puedes dar inicio a la socialización de tu utonagan presentándolo a otros perros y animales que sepas que están vacunados, desparasitados y libres de enfermedades. Para más consejos, echa un vistazo aquí: “¿Cómo socializar a un perro cachorro correctamente?”.

A esta edad, tu cachorro también estará listo para empezar a aprender las ordenes básicas de obediencia, las cuales ayudarán a fomentar un comportamiento más confiable y optimizarán su estimulación mental. Si te animas, puedes empezar adiestrar a tu peludo en casa, siempre empezando por las ordenes más sencillas y trabajándolas una a una en sesiones de entre 10 y 15 minutos. Para profundizar en este tema, te recomendamos esta lectura: “Órdenes básicas para perros”.

Aún son escasos los registros históricos respecto de los problemas de salud de mayor prevalencia en el perro utonagan. No obstante, la Northern Inuit International Unleashed informa sobre una predisposición genética a las siguientes patologías hereditarias:

• Displasia de cadera.
• Displasia de codo.
• Glaucoma.
• Epilepsia.
• Enfermedad de Addison.
• Criptorquidia o retención testicular.
• Displasia oculoesquelética (OSD3): se caracteriza por varios trastornos o malformaciones a nivel esquelético y ocular, que suelen incluir cataratas, desprendimiento de retina y enanismo, entre otros.

Así mismo, los perros utonagan suelen ser bastante resistentes y su esperanza de vida es de entre 12 y 15 años.

Tratándose de una raza canina de desarrollo bastante reciente y localizado, puede ser muy difícil encontrar un cachorro de utonagan fuera de los límites de la Gran Bretaña, y casi imposible más allá de los límites del continente europeo.

No obstante, si entras en contacto con una protectora o un refugio de animales de tu región, seguramente encontrarás perros que parecen lobos disponibles para adopción.

Más allá de ahorrar tus recursos financieros, esta es una forma mucho más ética de hacerte de un compañero compatible con tus preferencias estéticas y tu estilo de vida, ya que la compraventa de animales de compañía contribuye al incremento de los casos de abandono y de la sobrepoblación callejera.