Bodeguero andaluz o ratonero andaluz

Los bodeguero andaluces tienen unas raíces fuertes en todo el sur de la península, pero especialmente en la zona de Jerez y toda la provincia de Cádiz en general. Antiguamente trabajaban en las bodegas, ya que son expertos cazadores de roedores, por lo que las mantenía libres de estos pequeños animales que podían dañar las barricas donde se almacenaba el preciado vino.

Sus ancestros son los terriers británicos, que fueron llevados por mercaderes ingleses a la zona de Cádiz. Principalmente fueron los fox terriers de pelo liso y los Jack Russell los que se cruzaron con los cánidos locales, dando lugar a esta raza tan ducha en la caza de los roedores. Como dato curioso, podemos decir que se seleccionan aquellos cuyo pelaje era de color blanco para así poder verlos cuando estuvieran en las oscuras bodegas.

No obstante, sus orígenes quedan ya muy lejos de la realidad actual, pues los ratoneros bodegueros han pasado de ser animales de campo a ser perros domésticos destinados a la compañía, ya que su carácter risueño y su docilidad, además de su tamaño, los han convertido en la opción ideal para familias y personas que viven en áreas urbanas.

Actualmente la raza bodeguero andaluz ha sido reconocida por la Real Sociedad Canina Española, pero no lo ha sido aún por la Federación Internacional.

Los bodegueros son perros de tamaño pequeño-mediano, que pesan en torno a los 7 u 8 kilogramos, y tienen una altura de aproximadamente 40 cm hasta la cruz. Su cuerpo es realmente esbelto y atlético, con cola fina, y su pelo es corto y fino, normalmente de color blanco y con manchas negras o marrones en el cuello y la cabeza.

Según la longitud de sus patas encontramos ejemplares que las tienen más o menos largas, yendo de patilargos a proporcionados, paticortos o ultra paticortos. Por otro lado, y siguiendo con las características del ratonero andaluz, su cabeza es triangular, con un hocico largo y ojos pequeños de color oscuro. Las orejas son erguidas y puntiagudas, con las puntas caídas hacia delante, siendo habitual que las tenga de otro color que no sea el blanco.

El rasgo más característico del perro bodeguero andaluz es su vitalidad, que no intranquilidad ni nerviosismo, que le permite ser un excelente compañero de juegos para los niños de la familia. Además, es cariñoso y leal, muy atento y alegre. Así mismo, siempre está alerta ante ruidos o movimientos a su alrededor.

El ratonero andaluz también es un perro muy inteligentes, valiente y con un carácter fuerte. Se trata de un animal con una excelente capacidad de adaptación a diferentes lugares y formas de vida. De esta forma, es una raza sociable tanto con los humanos como con otros animales, ya que está tradicionalmente habituado al trabajo en grupo y a compartir su hábitat.

Debido a sus altos niveles de energía, el perro bodeguero andaluz necesita de actividad física diaria para mantenerse equilibrado tanto física como psicológicamente. Así pues, disfrutará con los paseos, sin importarle que duren horas y horas, y de los juegos con los pequeños de casa.

Hemos de cuidar especialmente su alimentación, ya que es un perro tendente a la glotonería, por ello debemos controlar su ingesta y proporcionarle una dieta balanceada que evite que nuestro bodeguero pueda llegar al sobrepeso y la obesidad, que le acarrearía problemas de salud de diversa índole.

También debemos mantener su pelaje, uñas y sobre todo los espolones que muchos tienen, ya que pueden crecer hasta clavarse en las patas de nuestro pequeño. Prestaremos atención al estado de su boca y oídos para mantenerlos sanos y limpios, puesto que tiende a acumular más sarro que otras razas.

Para entrenar a un bodeguero andaluz lo ideal sería comenzar con su adiestramiento cuando sea aún un cachorro, ya que así resultará relativamente más sencillo lograr que tanto su socialización como su educación sean lo más satisfactorias posible. No obstante, si adoptamos a un ratonero andaluz adulto, debemos saber que nunca es tarde para educarlo, por lo que también realizaremos sesiones variadas con la finalidad de mantenerlo correctamente estimulado. Recordemos que es una raza canina inteligente y activa, con un fuerte instinto cazador, por lo que llevar a cabo actividades como el sembrado puede ser de gran utilidad para trabajar la estimulación mental.

Para que su entrenamiento sea a la par fructífero y agradable para ambas partes, se recomienda el uso de técnicas como el refuerzo positivo, evitando los castigos y sobre todo la violencia de cualquier tipo. El principal aspecto que debemos trabajar será la obediencia, ya que debido a su carácter fuerte puede ser difícil lograr que se atengan a nuestras órdenes conductuales.

Para una buena socialización es importante que nuestro bodeguero andaluz interactúe con tantos perros y con tantas especies animales como sea posible, así conseguiremos que sea un animal amigable y tolerante con todos.

Los bodegueros andaluces son animales bastante resistentes, sin embargo, esto no quita que puedan padecer diversas enfermedades. Debido a que su pelo sea blanco y su piel rosada se encuentran expuestos tanto a quemaduras solares como a diversas alergias, observables porque sobre todo en sus patas salen escamas más o menos grandes y notables según lo susceptibles que sean al alérgeno en cuestión.

No están exentos de sufrir enfermedades hereditarias como la displasia de codo, el hipotiroidismo o la displasia de cadera. En este caso, si no conocemos sus orígenes, será fundamental acudir a revisiones veterinarias periódicas para detectar estas patologías lo antes posible y así poder llevar a cabo las acciones destinadas a erradicarlas o mantenerlas.

Por supuesto, sería deseable seguir las recomendaciones veterinarias en cuanto al calendario vacunal y a otros factores como la alimentación, el corte de las uñas o la necesidad de realizar limpiezas bucales.