¿Por qué mi conejo es agresivo con otros conejos?
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El conejo es uno de los animales que más relación ha tenido con el ser humano a lo largo de la historia. Comenzó siendo cazado, más adelante fue criado en granjas para obtener piel y carne y, actualmente, es una de las mascotas más populares en los hogares.
Uno de los problemas más reportados por las personas que conviven con conejos es la agresividad. En este artículo de ExpertoAnimal hablaremos sobre la agresividad entre conejos, comprendiendo, en primer lugar, cómo es la etología de esta especie. Descubre por qué tu conejo es agresivo con otros conejos a continuación:
La naturaleza del conejo silvestre
El conejo que actualmente tenemos como mascota es descendiente del conejo común o conejo europeo, Oryctolagus cuniculus, y no fue domesticado hasta el siglo XVI d.C.
Tanto la anatomía del conejo como su fisiología están diseñadas para evitar la depredación, debido a que el conejo se encuentra al principio de la cadena alimenticia, tras los productores primarios o plantas. Las zonas de su cerebro destinadas a la percepción de olores, sonidos e imágenes están altamente desarrolladas: tanto sus ojos como sus orejas están colocadas a ambos lados de la cabeza, para poder estar atento a todo su alrededor mientras practican otros comportamientos, como la alimentación.
Su olfato está tan desarrollado que compite con el del perro, además, pasan la mayor parte de su tiempo olisqueando el aire para detectar olores. Así mismo, poseen un órgano vomeronasal que les sirve para detectar feromonas y así detectar a sus congéneres y familiares. Esto es muy importante si tenemos dos camadas de conejos con distintas madres, pues si las juntamos podría producirse infanticidio, un tipo muy común de agresividad fatal entre conejos.
Las fuertes patas de los conejos están preparadas para ayudarles a escapar rápidamente si fuera necesario o para luchar y establecer la jerarquía dentro del grupo. Las hembras adultas tienden a ser más territoriales y agresivas con sus congéneres.
El comportamiento agresivo ha sido muy estudiado entre los conejos europeos silvestres. Existe una jerarquía de dominación entre las hembras y, por separado, entre los machos. Cuando se establece la jerarquía de dominancia, especialmente en la primavera, al comienzo de la temporada reproductiva, las peleas son muy intensas. Sin embargo, durante la estación reproductiva o celo su intensidad disminuye. Después del parto, se quedan cerca de sus madrigueras y son intolerantes a otros conejos. Según algunos estudios, la distancia media entre dos conejos salvajes en un gran recinto seminatural es de 20,7 metros.
Los conejos bien posicionados en la jerarquía de su grupo son más fecundos, ya que tienen niveles de estrés inferiores. El sistema inmune de los conejos está muy relacionado con la posición social.
En la naturaleza, los conejos silvestres pueden ser solitarios o gregarios, cooperar o no en la vigilancia del grupo, vivir en la superficie o bajo el suelo, también pueden seleccionar una zona abierta para vivir o más arbustiva. Por lo tanto, un conejo silvestre puede cambiar su comportamiento según el riesgo de depredación y, si lo desean, elegir un nuevo hábitat para vivir.
Además, la dispersión o abandono del grupo por parte de los nuevos individuos nacidos es un evento natural en los grupos de conejos. La mitad de los gazapos abandonarán el grupo al alcanzar los cinco meses de edad.
¿Cómo presentar dos conejos?
Idealmente, es mejor presentar a dos conejos que aún no han llegado a la madurez sexual, pues la mayoría de los problemas de comportamiento relacionados con la agresividad aparecen justo después de la pubertad.
Existen varios métodos para presentar, por primera vez, a dos conejos. En este artículo os presentamos el método más seguro y menos estresante tanto para los conejos, como para los humanos que experimentan la situación.
Empezaremos este procedimiento en una habitación neutral, donde no hayan estado antes los conejos, colocaremos las dos jaulas, una junto a la otra. De esta forma, poco a poco, los conejos van conociendo sus respectivos olores. Pasados pocos días, comenzaremos a intercambiar a los conejos en sus jaulas, para que cada uno deje su olor en la jaula del otro.
Cuando hayamos realizado esto varias veces y no se muestren síntomas de estrés, empezaremos a dejar salir a los conejos de sus jaulas por turnos, primero uno y después el otro. Al cabo de varios días, podemos abrir ambas jaulas y dejar que los conejos interactúen libremente. Es importante tener en cuenta el tamaño de la habitación o recinto, pues, si no es lo suficiente grande, los animales pueden estresarse al no tener vía de escape.
Además, llegado este momento, debemos separar las jaulas y que estén cada una en un lugar de la habitación. Si cada jaula tiene dos orificios, uno de entrada y otro de salida, impediremos que un conejo acorrale al otro. Aunque ambos conejos sean machos, uno de los comportamientos que podemos observar es que se monten, pese a que aún no sean adultos. Esto sirve para marcar la jerarquía, practicar conductas de adultos o jugar.
Debemos observar detenidamente el comportamiento de ambos conejos y dejar que solventen entre ellos la jerarquía, deteniendo el proceso si uno de los dos se vuelve excesivamente agresivo y uno de los conejos muerde y ataca al otro.
Es importante recordar que todos los procesos de presentación de animales se deben realizar paulatinamente, siempre sin forzar a los animales y sabiendo que llevan mucho tiempo.
No es recomendable tener a los conejos en pareja, del mismo o distinto sexo, en una misma jaula. Si los conejos son adultos sin esterilizar, debemos posponer la presentación hasta un mes después de la esterilización de ambos individuos. Si no tenemos en cuenta este hecho, será muy difícil o imposible juntarlos más adelante, sobre todo si queremos tener a conejos machos juntos.
La socialización en conejos para entender el comportamiento natural
La correcta socialización en conejos domésticos, dependerá de nuestra capacidad para entender su conducta natural y heredada de sus ancestros silvestres. Teniendo en cuenta este hecho, prevendremos la aparición de problemas de comportamiento, entre ellos la agresividad, ya sea hacia sus congéneres, otras mascotas o humanos. Para ello, os mostramos varios consejos:
- La jaula debe ser lo suficientemente amplia y segura.
- Se debe esterilizar a los conejos antes de llegar a la madurez sexual, con esto reduciremos la probabilidad de que un conejo muerda a otro. Además, también evitaremos que marquen el territorio, a otras mascotas o a nosotros con orina.
- Debemos dar a cada conejo un espacio lo suficientemente grande para que realice todas sus conductas naturales y pueda ejercitarse varias horas al día para mantenerse sano.
- Es ideal tener más de un conejo y que puedan relacionarse entre ellos, siempre habiendo hecho una presentación correcta.
- Todas las habitaciones de la casa donde el conejo pueda vagar libremente deben ser supervisadas y estar preparadas para que el conejo pueda estar seguro. Por ejemplo, no dejar cables a su alcance y pueda electrocutarse.
- Dar a nuestros conejos juguetes para que pueden roer y un lugar para escarbar.
- Todos los miembros del hogar deben aprender cómo se sujeta a un conejo, pues si lo hacen mal, el conejo puede partirse la columna vertebral. Nunca deben ser sujetados por las orejas.
- El manejo diario es importante si queremos que nuestros conejos estén a gusto con nosotros, siempre positivando y recompensando el buen comportamiento.
- Usar siempre el refuerzo positivo, nunca pegar o castigar al conejo.
Agresividad en hogares multi-conejo
La agresividad entre conejos nunca debe ser desestimada, mucho menos si aparece de repente. Así pues, si observamos que nuestro conejo es agresivo con otros conejos, debemos observar su comportamiento y analizar si les estamos ofreciendo los cuidados necesarios para su bienestar.
Cualquier cambio de comportamiento en nuestras mascotas puede ser síntoma de estrés o dolor. Si dos conejos que siempre se han llevado bien comienzan a atacarse es hora de visitar al veterinario, es el que mejor puede ayudarte a descubrir el problema.
Como siempre, debemos tener en cuenta la naturaleza de la especie. Por ejemplo, las conejas se vuelven agresivas cuando llega la hora de reproducirse, ya que en la naturaleza deben competir con otras hembras por el mejor lugar de anidamiento.
Si no esterilizamos a los conejos que tenemos como mascotas, es más probable que aparezcan conductas agresivas y que, finalmente, debamos separar a los conejos de forma drástica. Lo mejor es que antes de adoptar a un conejo, te informes debidamente de su etología y necesidades físicas, de esta forma evitarás problemas futuros.
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