¿Por qué los perros atacan a ciertas personas?

Antes de nada, aclaremos que este comportamiento no indica que los perros tienen perjuicios o ejercen cualquier tipo de discriminación relacionada a la etnia, la edad o la apariencia en general de los humanos. En la mayoría de los casos, lo que ocurre es que, por factores internos o externos a su propio organismo, los canes tienen la necesidad de protegerse a sí mismos, a su territorio o sus recursos en la presencia de ciertas personas.

Veamos, a continuación, cuáles son las principales razones por las que los perros atacan a unas personas y a otras no:

Lenguaje corporal alterado

De forma consciente o no, algunas personas emiten señales corporales que hacen que los perros se sientan inseguros o amenazados. Recordemos que la comunicación de los perros está fuertemente basada en el lenguaje corporal. Ello les permite percibir rápidamente cualquier cambio en las expresiones faciales, posturas y gestos tanto de sus congéneres como de los humanos.

Esta asombrosa capacidad interpretativa explica por qué tu perro puede saber cuándo estás triste, estresado o ansioso, aunque no le digas ni una sola palabra. Además, estudios han revelado que, al detectar cambios en el estado de ánimo de personas desconocidas, los perros suelen manifestar signos de estrés e incomodidad. Así pues, si un extraño se acerca a tu perro con una conducta claramente alterada, ya sea debido al estrés, la prisa, la ira o un estado de embriaguez, lo más probable es que tu perro adopte una postura defensiva. Y si esta persona insiste en mantener contacto contigo o con tu perro, sin cambiar en nada su comportamiento, ello puede derivar en un ataque directo.

Movimientos bruscos

Otra explicación de por qué los perros atacan a ciertas personas es que las mismas se intentan acercar a él o a ti de una manera muy brusca. Lo mismo puede ocurrir en caso de que alguien trate de entrar repentinamente al territorio del perro o tocar sus recursos, principalmente si se trata de un desconocido o una persona con la que el perro tiene muy poco contacto.

Ello está relacionado con la propia naturaleza canina y principalmente con:

• El instinto de supervivencia. Los perros naturalmente se aferran a una rutina y rechazan cualquier cambio repentino en su entorno. Esto les permite evitar exponerse a cualquier situación o estímulo desfavorable que pueda poner en riesgo su bienestar o supervivencia.
• La territorialidad. Para los perros, asegurar su supervivencia también supone proteger su entorno y los recursos allí presentes contra cualquier posible amenaza. Por ende, cualquier persona que intente invadir su territorio y adueñarse de sus posesiones puede ser entendida como un rival.

Fallos en la comunicación

Hay veces en que el desconocimiento respecto del lenguaje corporal canino por parte de algunas personas se convierte en un disparador de conflictos o incluso de un ataque. Solo para mencionar un ejemplo, nosotros solemos mirar atentamente a nuestro interlocutor para demostrar interés por lo que nos expresa. Pero, mirar fijamente en el idioma perruno suele ser interpretado como una especie de reto, pudiendo provocar reacciones negativas, como gruñidos o incluso mordidas.

También es importante tener en cuenta que los perros expresan su afecto de forma distinta a nosotros. No solo eso, sino que algunas demostraciones de amor humana pueden resultar muy molestas para los perros, como los besos y los abrazos, ya que suponen cierta privación de su libertad de movimiento y su capacidad de reacción. Así pues, si una persona intenta llenar de besos a un perro o darle un “abrazo de oso”, puede acabar recibiendo una mordida a cambio.

Malas experiencias

Las experiencias traumáticas también pueden explicar por qué los perros atacan a ciertas personas. En estos casos, es posible que la persona a la que el perro ataca o intenta atacar no haya hecho nada específico para disparar esta reacción, pero su presencia hace que el perro involuntariamente se remita a experiencias negativas de su pasado.

Por ejemplo, un perro que ha sido expuesto sistemáticamente a la violencia física o psicológica, puede haber conectado ciertas palabras u objetos a este contexto de maltrato. En consecuencia, aunque en la actualidad este perro ya no sea víctima de ningún tipo de abuso, puede reaccionar defensiva u ofensivamente al escuchar o percibir la presencia de esto que le hace recordar sus malas experiencias previas.

En casos más extremos, un perro que no ha tenido ningún tipo de contacto con humanos durante sus primeros meses de vida, o si la mayoría de las interacciones con personas ajenas a su núcleo familiar han sido negativas, ello podría generar un miedo generalizado al contacto con extraños o – peor aún - con cualquier persona. Para profundizar en este tema, te recomendamos el siguiente artículo: "¿Qué hacer si mi perro tiene miedo a las personas?".

En el siguiente apartado hablaremos de las medidas preventivas más generales para evitar que tu perro ataque a las personas. Pero, por ahora, enfoquémonos en cómo debes actuar en caso de que tu perro ataque o haya atacado a alguien. En estas ocasiones, te recomendamos seguir los siguientes pasos:

1. Actúa racionalmente. Si empiezas a gritar y te descontrolas, la percepción de tu lenguaje corporal alterado solo incrementará los niveles de estrés de tu perro, favoreciendo que siga reaccionando de una manera negativa. Aunque cueste, debes mantener un tono de voz firme, pero tranquilo, y una postura neutral para transmitir seguridad a tu perro.
2. Llama a tu perro e impón una distancia de seguridad. Si tu perro estaba suelto cuando el ataque se produjo, será fundamental que lo llames para que venga a tu encuentro e, inmediatamente, ponga su correa para evitar que pueda acercarse nuevamente a la persona que atacó o quiso atacar. Si tu perro no acude inmediatamente a la llamada, puedes intentar captar su atención silbando o haciendo un ruido suave con las llaves o con tu móvil.
3. Desvía el foco de atención. El punto clave es lograr que tu perro se calme y, para ello, es clave que deje de enfocar en la situación y la persona que han disparado su reacción negativa. Para lograrlo, puedes emplear golosinas o un juguete, por ejemplo.
4. Aleja a tu perro del entorno conflictivo. Cuando tu perro haya recuperado un minino estado de equilibrio, proponle dar continuidad al paseo para alejarlo del foco del conflicto. ¡Ojo! No tironees de la corres ni intentes obligar a tu perro a alejarse de la persona atacada, pues ello también contribuye a que siga reaccionando negativamente (incluso hacia ti), además del riesgo de lastimarlo.
5. Ofrece ayuda a la persona atacada. Independiente de por qué tu perro ataca a ciertas personas, como tutor, eres responsable de sus actos. Por ende, debes garantizar que la persona a la que tu perro atacó o intentó atacar reciba un mínimo auxilio. También asegúrate de informarle que tu perro está sano y vacunado.

Finalmente, si tu perro ataca a ciertas personas, también es importante trabajar en la inhibición de la mordida. Esto consiste en enseñarle a conectar la orden “¡Suelta!” con el acto de liberar cualquier elemento que tenga aferrado con sus dientes. Además de prevenir accidentes durante los juegos, ello facilita el manejo de situaciones complejas, como un ataque hacia una persona u otro perro. En el siguiente artículo, te explicamos por qué y cómo trabajar este comando: “Inhibición de la mordida en perros”.

Aunque no puedas cambiar la forma de ser de algunas personas, como tutor, es fundamental que tomes algunas precauciones para evitar que tu perro ataque a las personas. En este sentido, las pautas básicas son:

• Sacar a pasear a tu perro con correa y arnés. Esto es clave para evitar que se acerque a personas que puedan tener una conducta poco amigable o dudosa. También ayuda a resguardar una distancia de seguridad en relación a perros desconocidos o ambientes poco salubres. Además, recuerda que, en muchos países, las razas de perros considerados como “potencialmente peligrosos” están obligados a portar un bozal en espacios públicos. Y si has adoptado recientemente a un perro, aquí te explicamos "Cómo pasearlo correctamente".
• Socializar a tu peludo. Los perros que no han sido correctamente socializados tienen una mayor tendencia a reaccionar negativamente ante cualquier persona o situación que les genere incertidumbre, incomodad o temor. Para evitar que ello ocurra, lo ideal es empezar a socializar al cachorro antes de su tercer mes o cuarto mes de vida. No obstante, es posible y necesario llevar a cabo la socialización del perro en la edad adulta. Para ayudarte, hemos preparado la siguiente guía: “Cómo socializar a un perro adulto”.
• Concientizar a las personas. Como tutores, también es muy importante que tengamos al menos unos conocimientos básicos respecto del lenguaje y la comunicación de los perros. Más allá de mejorar la comunicación con nuestros peludos, ello nos permite estar capacitados para explicar a las demás personas cómo acercarse correctamente a nuestros perros, evitando cualquier tipo de accidente. Puedes empezar con la siguiente lectura: “El lenguaje de los perros y las señales de calma”.

Por último, pero no menos importante, recuerda que adiestrar a tu perro es la mejor manera de fomentar un comportamiento más confiable y equilibrado, tanto fuera como dentro del hogar. Además, el adiestramiento es el ejercicio más completo para el cuerpo y la mente perruna, ayudando a prevenir síntomas de estrés y todos os trastornos de conducta. Por ello, es muy recomendable que enseñes a tu mejor amigo las órdenes básicas de obediencia. Te explicamos el paso a paso de cómo hacerlo en: “Cómo adiestrar a un perro”.

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