No quiero que mi perra tenga cachorros, ¿cómo evitarlo?
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Para los cuidadores de perras evitar que se queden preñadas suele ser una prioridad y una preocupación en cada período de celo. Aunque existe una cirugía que evita los embarazos, además de enfermedades graves como el cáncer de mama, y que se hace prácticamente de rutina en las clínicas veterinarias, muchos cuidadores todavía muestran reticencias a una intervención sobre la que perviven muchos mitos. Si no quieres que tu perra tenga crías, en este artículo de ExpertoAnimal explicamos cómo evitar que una perra quede preñada.
El ciclo reproductivo de las perras
Las perras inician su madurez sexual hacia los 6-8 meses, antes las razas de tamaño pequeño y después las más grandes. A partir de ese momento entrarán en celo un par de veces al año casi hasta el final de su vida. Este período se divide en varias fases y es en una de ellas, el estro, en la que la perra va a ser receptiva al macho y, por lo tanto, podrá quedarse embarazada. Lo notaremos porque la vulva se ablanda, levantará y apartará la cola, elevará la pelvis, etc.
Si se produce el acoplamiento la hembra gestará durante aproximadamente dos meses, tras los que nacerán de 4 a 8 cachorros, dependiendo de la raza, que deberán ser amamantados y permanecer con su madre un mínimo de 8 semanas. Con una media de 6 cachorros dos veces al año una perra podría tener a lo largo de su vida reproductiva unos 120 cachorros que, a su vez, también podrían reproducirse. Esto da idea de las dimensiones del problema y se comprende por qué un cuidador no quiere que su perra quede preñada. Veremos cómo evitarlo a continuación.
¿Cómo evitar que una perra quede preñada?
Si no queremos que nuestra perra se embarace tenemos, básicamente, las siguientes opciones:
- Mantenerla controlada durante su período fértil. De este modo debemos estar muy pendientes de la aparición de su estro para evitar que se escape o que algún macho acceda a ella. Esto supone prácticamente mantenerla encerrada, paseándola a horas intempestivas, ya que en la calle podría encontrarse con machos. Si, además, convive con ella un macho entero, es decir, sin castrar, la situación puede volverse insostenible. Hay que tener en cuenta que si operamos al macho el efecto no es inmediato y puede seguir fecundando incluso hasta 5 meses después de la cirugía. Con precauciones es posible que nuestra perra no se quede preñada pero tenemos que saber que el efecto de las hormonas a lo largo de toda su vida puede causar problemas de salud como la piómetra canina o los tumores de mama. En este sentido, cabe resaltar, también, que la esterilización de una perra adulta que ya ha pasado por varios periodos de celo no siempre garantiza que no se desarrolle un tumor de mama, pero sí evita el desarrollo de infecciones uterinas o de matriz.
- Fármacos. Nuestro veterinario puede prescribir medicamentos que inhiban el celo, con lo que nuestra perra no podrá quedarse embarazada pero sí seguirá teniendo riesgo de piómetra, tumores y enfermedades relacionadas con el útero y los ovarios. Además, estos graves problemas de salud constituyen los efectos secundarios de estos fármacos con lo que, aunque podrían utilizarse puntualmente, no son una buena solución a largo plazo.
- Esterilización. La operación más común es la ovariohisterectomía que, como su propio nombre indica, consiste en la extracción del útero y de los ovarios. Si esta intervención se realiza antes del primer celo o justo después prácticamente se elimina el riesgo de que nuestra perra padezca tumores de mama. Tampoco sufriría piómetras ni ninguna otra enfermedad asociada a estos órganos. Se trata de un método definitivo.
Para saber cómo alejar a los perros machos o evitar que tu perro monte a tu perra, recomendamos consultar nuestro artículo "Cómo ahuyentar perros de una perra en celo".
La ovariohisterectomía para evitar que tu perra tenga crías
Se trata de la cirugía más habitual y efectiva si no se quiere que una perra tenga cachorros. Ya hemos visto en qué consiste y cuáles son sus beneficios, ahora veremos cuáles son los mitos que siguen rodeando a esta intervención:
- Cambia el carácter de la perra. No es cierto y no tiene ninguna base científica. Lo único que se modifica es que la perra no estará nerviosa durante el celo ni intentará escaparse.
- Engorda. Si la operación se realiza cuando la perra es cachorra es normal que notemos que engorde, pero también lo haría sin operar simplemente porque no ha completado su desarrollo. Además, algunos propietarios continúan alimentando a su perra con pienso para cachorros o en grandes cantidades, lo que propicia un aumento de peso. La cantidad de comida siempre debe adaptarse al ejercicio del animal. De esta forma, cuando observamos una perra adulta que engorda tras la cirugía siempre debemos pensar que el problema reside en el tipo de alimentación, que no ha sido adaptado.
- Miedo al quirófano. Es normal pero hay que decir que para los veterinarios es una operación de rutina y segura, donde la perra está anestesiada y monitorizada para tenerla controlada en todo momento.
- Miedo al posoperatorio. Es entendible pero hay que saber que la perra se recupera rápido y tan solo debemos controlar que los primeros días no haga movimientos bruscos ni se lama la herida, para lo que podemos utilizar un collar isabelino. También le administraremos medicación para evitar que le duela o se infecte. Los puntos o grapas se retiran en 8-10 días si no se han utilizado puntos intradérmicos.
- El precio. Este va a depender del peso de la perra, siendo más elevado cuanto mayor sea esta. Puede parecer mucho dinero pero hay que tener en cuenta que se paga por el trabajo de profesionales, el mantenimiento del quirófano, los fármacos, la anestesia, etc. Además, si pensamos en el precio de la medicación para inhibir el celo, en poco tiempo lo habremos amortizado. Y si aún así nuestra economía no nos permite la cirugía, debemos tener en cuenta que muchas asociaciones y fundaciones de animales realizan campañas de esterilización durante le año con determinadas clínicas veterinarias, a través de las cuales se ofrece un precio mucho más bajo para fomentar la esterilización y evitar que las perras queden preñadas.
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