Mi perro no se mueve, solo respira: causas y qué hacer

Los traumatismos suelen producirse como consecuencia de accidentes, atropellos, caídas o golpes fuertes y pueden causar fracturas, hemorragias u otras lesiones muy dolorosas que harán que el animal no sea capaz de levantarse o moverse con normalidad. Aquí tienes los "Signos de dolor en perros".

En este caso, el daño tiende a producirse de manera inmediata tras el traumatismo y el animal muestra signos de dolor desde el primer momento, por lo que es sencillo reconocer el motivo por el cual no se mueve y explicárselo al veterinario. No obstante, no todos los golpes provocan una lesión evidente en el mismo instante en que se producen, lo que puede llevar a confusión.

Por ejemplo, tras una caída o un atropello, el perro puede salir corriendo y no presentar heridas superficiales, incluso puede pasar las horas siguientes comportándose de manera normal. Sin embargo, existe la posibilidad de que tenga una hemorragia interna y que los síntomas empiecen a aparecer un tiempo tras el accidente, por lo que resulta más complicado relacionar los hechos.

En cualquier caso, si tu perro sufre cualquier tipo de traumatismo severo, es imprescindible acudir de inmediato al veterinario, moviendo al animal con mucho cuidado y tratando de mantenerlo inmóvil sobre una superficie plana, ejerciendo presión sobre las hemorragias si las hubiera.

Un shock se define, de manera genérica, como la incapacidad del organismo para proporcionar sangre oxigenada y/o nutrientes a un tejido, de manera que este no puede realizar sus funciones metabólicas normales y termina muriendo. Existen diferentes tipos de shocks, todos ellos graves, que pueden provocan postración en el perro y que requieren atención veterinaria inmediata.

Entre ellos destacan:

• Shock hipovolémico: aparece cuando existe falta de irrigación sanguínea en algún órgano, consecuencia normalmente de una hemorragia interna por traumatismo, quemaduras graves u otras patologías.
• Shock anafiláctico: se caracteriza por una hipotensión grave que afecta a la conciencia del perro y que es producida por una intoxicación o por una reacción alérgica a un alimento, a un medicamento o a la picadura/mordedura de algún animal, entre otros.
• Shock séptico: la causa es una infección localizada que se expande hasta terminar afectando a varios órganos o tejidos, con un pronóstico fatal si no se trata a tiempo. Dicha infección puede aparecer a raíz de heridas, traumatismos, cirugías o procesos bacterianos, víricos, fúngicos o parasitarios, entre otras causas.

En cualquiera de estos casos, debes tratar de mantener al animal calmado, evitar que su temperatura corporal se desplome (puedes mantenerlo caliente con mantas o bolsas térmicas) y acudir lo más rápido posible a una clínica u hospital veterinario.

La parálisis de las extremidades del perro puede ser un proceso agudo o crónico e igualmente puede ser temporal o permanente. Esta es otra de las causas que explica por qué mi perro no se mueve y solo respira. En cualquier caso, y en función de la gravedad y los miembros afectados, el animal tendrá dificultad para levantarse y caminar con normalidad.

Una parálisis aguda se puede producir, por ejemplo, por una hernia discal o un traumatismo espinal que haya lesionado la columna vertebral. Esto suele ocurrir si el animal hace movimientos bruscos, da un mal salto o se golpea fuertemente la zona dorsal.

Ten en cuenta que las razas de cuerpo alargado, como el teckel o el basset hound están mucho más predispuestos a este tipo de lesiones debido a su anatomía, por lo que debes evitar que den grandes saltos o hagan ejercicios que conlleven riesgos.

Por otra parte, las parálisis de los miembros también pueden estar provocadas por tumores que comprimen la médula o los nervios, intoxicaciones graves, enfermedades inmunomediadas, meningitis, trombosis o infecciones varias, entre otras.

¿Qué pasa si mi perro no se mueve y solo respira? Acude a tu veterinario en el momento en que observes que tu perro tiene dificultad para mover normalmente alguna extremidad, de esta forma el profesional podrá realizar las pruebas pertinentes y establecer un diagnóstico y un tratamiento adecuado.

Si tu perro pierde el equilibrio en las patas traseras, puede que te interese echarle un vistazo al siguiente artículo de ExpertoAnimal sobre "¿Por qué mi perro no tiene fuerza en las patas traseras?".

Durante los meses de más calor, las clínicas veterinarias suelen atender varios casos de golpes de calor, los cuales pueden llegar a ser muy peligrosos para los peludos. Generalmente, un golpe de calor en perros se reconoce por los siguientes síntomas:

• Dificultad para caminar e incoordinación.
• Respiración acelerada y dificultosa.
• Babeo excesivo.
• Taquicardia.
• Temperatura corporal muy elevada (superior a los 40 grados centígrados).
• Temblores musculares.
• Mucosas azuladas como consecuencia de la falta de oxigenación.

Si crees que tu peludo ha podido sufrir un golpe de calor debes actuar rápido, pues en cuestión de minutos podría desmayarse o comenzar a convulsionar.

En el caso de que veas que "mi perro se queda quieto y no se mueve", lo primero que debes hacer es alejarlo del sol y colocar al animal en un lugar fresco, tratando de reducir su temperatura corporal a través de ventiladores, toallas húmedas o hielos envueltos en un paño, pasándolos poco a poco por su cuerpo.

Vierte agua directamente en su boca, en el vientre y en las almohadillas y, si bebe por sí solo, no le permitas ingerir mucha agua de golpe, debe hacerlo en pequeñas dosis, especialmente si está muy fría, para evitar un shock térmico. Aunque el animal mejore, acude a tu veterinario lo antes posible para descartar que haya sufrido daños graves a nivel orgánico.

Los perros son animales muy curiosos y, en ocasiones, pueden meter el hocico donde no deben y llegar a ingerir algún producto tóxico, entre los que encontramos:

• Productos industriales y de limpieza.
• Pinturas.
• Raticidas.
• Antiparasitarios e insecticidas.
• Medicamentos.
• Algunas plantas ornamentales o silvestres.
• Ciertos alimentos, etc.

Si un perro se intoxica con algo, lo más habitual es que los primeros síntomas aparezcan entre unos minutos y unas horas después y pueden ser muy variados, en función de la sustancia consumida y la cantidad ingerida.

Por lo general, suele aparecer una salivación excesiva, fiebre, incoordinación motora, dificultad para levantarse, diarrea, orina con sangre, vómitos y un ritmo cardíaco y respiratorio anormal, además de espasmos y convulsiones en los casos más graves. También podemos decir que "mi perro se va de lado y tiembla". A más largo plazo, algunos tóxicos provocan manchas en las mucosas y daños orgánicos, especialmente en el hígado y los riñones.

Si sospechas que tu perro se ha podido intoxicar y tienes claro el producto causante, lo primero que debes hacer es alejar al animal del tóxico y llevarle a una zona tranquila y ventilada. No alimentes ni le des agua al perro, llama rápidamente por teléfono al veterinario para informarle y que te indique qué hacer, ya que no siempre es recomendable provocar el vómito. Igualmente, debes acudir a tu clínica a la mayor brevedad posible y llevar contigo la etiqueta, el envase o la planta con la que crees que se ha podido intoxicar el animal.

El síndrome de dilatación-torsión gástrica es una patología aguda que requiere de atención veterinaria urgente y, en muchas ocasiones, solo se puede solucionar a través de una cirugía de urgencia. Lo que ocurre en este caso es que el estómago del animal se llena de gas de manera rápida, lo que provoca una distensión del mismo.

Al crecer en tamaño, el estómago rota sobre sí mismo y corta el riego sanguíneo, lo que hace que el tejido se necrose y muera. La dilatación-torsión gástrica es más frecuente en perros de raza grande y en razas que tengan un tórax profundo y ancho. Se reconoce porque aparecen, de manera aguda síntomas como:

• Postración.
• Incapacidad para caminar.
• Dolor abdominal intenso.
• Dificultad respiratoria.
• Arcadas.
• Clara distensión del abdomen, visible a simple vista.

Con esta sintomatología, es normal que nos preguntemos por qué mi perro no se mueve y solo respira o por qué mi perro se queda quieto y no se mueve. Si observas cualquiera de ellos, debes acudir inmediatamente al veterinario.

La principal causa desencadenante del síndrome es el consumo ansioso y compulsivo de alimento, la realización de un ejercicio intenso después de comer y la ingesta de grandes cantidades de agua de golpe, especialmente tras volver del paseo o de hacer deporte. Por tanto, es importante que controles la alimentación de tu peludo y le dejes descansar después de las comidas, evitando jugar con él o salir a hacer ejercicio si acaba de comer.

Aunque es importante descartar que el animal sufra cualquier tipo de enfermedad a nivel fisiológico, no debemos olvidarnos de que el estrés, la ansiedad y otros problemas emocionales también pueden ocasionar comportamientos extraños en el animal y reducir mucho su bienestar y calidad de vida.

En ocasiones, perros que han vivido experiencias traumáticas, han sido maltratados, son rescatados de protectoras o perreras, han sido educados en base a castigos, han vividos aislados o no han tenido la oportunidad de socializar de manera adecuada sufren problemas conductuales que pueden llevarles a desarrollar depresión, apatía o el llamado síndrome de indefensión aprendida. Un perro que padece dicho síndrome permanecerá postrado y evitará realizar cualquier tipo de actividad por miedo a sufrir una consecuencia negativa, como un castigo.

En este caso, es un etólogo quien debe valorar al animal y trabajar con él y con sus tutores, a través de un plan de tratamiento en el que deben implicarse todos los miembros de la familia.

Por supuesto, existen muchas más condiciones, más o menos graves, que pueden provocar que un perro permanezca echado y no quiera o no pueda levantarse y moverse con normalidad. Entre estas causas, destacan:

• Patologías cardíacas: como puede ser la insuficiencia cardíaca, frecuente en animales de edad muy avanzada, en ciertas razas predispuestas o en perros con problemas respiratorios, como los braquicéfalos.
• Sobrepeso u obesidad: que conlleva muchos problemas a nivel metabólico y limita de manera importante la movilidad del perro.
• Problemas óseos o articulares: como la artrosis o la displasia de cadera puede afectar la movilidad de los perros que la sufren.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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