Problemas del comportamiento

Mi perro no quiere salir a la calle: causas y qué hacer

 
Marta Sarasúa
Por Marta Sarasúa, ATV y etóloga especializada en modificación de conducta. 26 agosto 2024
Mi perro no quiere salir a la calle: causas y qué hacer
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La mayoría de las personas que conviven o han convivido con perros están acostumbradas a ver cómo sus peludos rebosan felicidad cuando toca salir a dar un paseo y es que es cierto que muchos canes adoran salir a la calle a olfatear e interactuar con otros perros, pero esto no siempre ocurre. En algunas ocasiones, los perros se niegan a salir a la calle y este comportamiento, que suele desconcertar mucho a los tutores, no tiene una única causa, sino que pueden ser muchos los motivos por los que el animal rechaza el paseo.

Si te encuentras en esta situación, antes de preocuparte en exceso, te recomendamos echar un vistazo a este artículo de ExpertoAnimal, pues aquí te explicamos cuáles son las principales razones que explican por qué un perro no quiere salir a la calle y qué puedes hacer en cada caso para solucionar el problema.

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Índice
  1. Miedo o ansiedad
  2. Rechazo al material de paseo
  3. Problemas de salud física o emocional
  4. Cansancio o fatiga
  5. Entorno poco estimulante
  6. Ansiedad por separación

Miedo o ansiedad

El miedo en perros es una emoción involuntaria, negativa y muy intensa que genera muchísimas alteraciones en el comportamiento normal de los canes. Un animal que tiene miedo, evitará a toda costa acercarse o exponerse a aquello que le aterroriza, incluido un paseo por la calle.

Pero, ¿por qué podría un perro tener miedo a salir a pasear? Aunque parezca extraño, lo cierto es que los canes pueden coger mucho miedo a salir a la calle por diversos motivos, entre los que se encuentran los siguientes:

  • Todavía es cachorro: si has adoptado a un cachorro de muy corta edad, ¡no esperes sacarlo el primer día a pasear y que no se asuste de lo que ocurre a su alrededor! A los cachorros es imprescindible habituarles muy poco al arnés y la correa, sacarlos al brazo para que se acostumbren al entorno e ir enseñándoles a pasear con mucha paciencia, refuerzo positivo y por zonas tranquilas, para que vayan aprendiendo sin miedo y a su ritmo.
  • Falta de socialización temprana: entre las tres semanas y los tres meses de vida, los perritos aprenden a comunicarse con otros individuos y a interactuar con su entorno de manera segura, ganando confianza en sí mismos y previniendo la aparición de fobias en la edad adulta. Si tu perro ha vivido aislado o no ha salido a la calle durante esta etapa, es muy probable que le de miedo salir a pasear, ya que todo es nuevo para él y no sabe si puede confiar en aquello que le rodea. En este caso, tendrás que ir desensibilizándole muy poco a poco y, para ello, te recomendamos contar con la ayuda de un profesional etólogo.
  • Experiencias traumáticas: muchas veces, los perros no tienen miedo de salir a la calle hasta el momento en que ocurre algún acontecimiento que les asusta mucho y, desde entonces, prefieren quedarse en casa para evitar volver a pasar por lo mismo. Esto puede ocurrir en el caso de animales que han sido atacados por otros perros o que han sufrido accidentes y lo más habitual es que rechacen pasar por ciertas zonas que relacionan con el evento en cuestión. En este caso, un contra condicionamiento, es decir, que el perro logre volver a asociar el lugar con experiencias positivas, es lo más recomendable.
  • Momento o entorno inadecuado: es posible que un animal no quiera salir a pasear en un momento específico, por ejemplo, cuando hay una tormenta y está lloviendo, cuando se está celebrando un desfile por la calle o cuando están lanzando petardos o fuegos artificiales. En este caso, lo más probable es que el animal no tenga miedo a salir a la calle, sino a todos estos acontecimientos en sí mismos. Si son eventos puntuales, la mejor idea es esperar a que terminen antes de salir a la calle con el peludo, evitándole así pasar un mal rato innecesariamente.
Mi perro no quiere salir a la calle: causas y qué hacer - Miedo o ansiedad

Rechazo al material de paseo

¿Tu perro huye de ti en cuanto coges la correa pero después pasea con relativa normalidad? Esto es algo que ocurre muy habitualmente y, en este caso, el problema se encuentra en el material de paseo utilizado.

Es posible que el perro evite ponerse el arnés, collar, correa o bozal porque no está acostumbrado a llevarlo y, por tanto, le resulta algo extraño e incómodo. Esto ocurre mucho con perros adoptados de refugios o animales que han sido encontrados vagando solos por la calle o el campo. En muchas ocasiones, estos perros han nacido libres o han sido abandonados de cachorros, por lo que jamás han sido manipulados ni han aprendido a pasear atados.

Afortunadamente, este problema tiene una sencilla (aunque no necesariamente rápida) solución y es ir habituando al animal muy poco a poco a través del refuerzo positivo y el juego.

Por otro lado, también existe la posibilidad de que el animal rechace las herramientas de paseo no por falta de habituación, sino porque le resultan molestas y/o dolorosas. Para evitar este problema, basta con utilizar el material más adecuado para cada tipo de perro y, para que puedas escogerlo con criterio, aquí te dejamos algunas recomendaciones:

  • Si utilizas collar, este no debe ser de ahorque ni tener púas que puedan presionar el cuello del animal. Debes ajustarlo bien para que el perro no pueda quitárselo, pero tiene que haber al menos dos dedos de separación entre el collar y la piel. El uso del collar es únicamente recomendable si el animal pasea sin tirar, pues en caso contrario, podría lesionar gravemente su tráquea.
  • En caso de optar por el arnés, es recomendable no utilizar ninguno que lleve una banda horizontal frontal cruzando el pecho del perro, pues estos arneses impiden el movimiento normal de las escápulas del perro y pueden terminar provocándole problemas de movilidad a largo plazo. Los más adecuados son aquellos con forma de Y o H, que dejan las escápulas del perro completamente descubiertas. Además, si tu perro tira mucho, existen arneses de este tipo con una hebilla frontal, para poder guiar al perro desde el pecho y enseñarle a caminar correctamente.
  • No utilices jamás bozales de tela si el animal debe pasar mucho rato con él puesto, si hace calor o si estáis haciendo ejercicio. El bozal de tela impide que el perro jadee, por lo que puede sufrir más fácilmente un golpe de calor. Los bozales tipo cesta tienen muchísimas más ventajas, pues permiten que el animal abra la boca en su interior, jadee, beba agua, reciba premios y se comunique de manera más natural con otros animales.
  • La correa corta puede ser necesaria para conducir a tu perro por zonas urbanas y muy transitadas, pero cuando lleguéis al parque o al campo sustitúyela por una correa de, mínimo, tres metros de longitud. Con ella, el animal podrá olfatear y moverse con mayor libertad, disfrutando mucho más del paseo. Aquí te explicamos cómo pasear al cachorro con correa por primera vez.
Mi perro no quiere salir a la calle: causas y qué hacer - Rechazo al material de paseo

Problemas de salud física o emocional

Evidentemente, un animal enfermo no tiene la misma energía ni motivación que uno sano, por lo que es habitual que rechace salir a pasear, aún incluso cuando tiene la necesidad de orinar o defecar.

Si tu perro se muestra muy apático de manera repentina, lo primero que debes hacer es llevarlo al veterinario para descartar cualquier patología o dolencia. Si resulta que el animal está enfermo, el tratamiento pautado por el profesional será lo que le haga mejorar y, poco a poco ir recuperando las ganas de jugar y salir a pasear.

Si, por el contrario, el perro está aparentemente sano, es posible que padezca algún tipo de problema a nivel emocional. Por ejemplo, un animal que sufre un estrés crónico puede terminar cayendo en un estado depresivo, mostrándose apático y dejando de realizar las actividades de las que solía disfrutar.

Esto suele ocurrir en el caso de perros que han sido maltratados, que han vivido experiencias traumáticas o a los que se ha educado a través de castigos o normas confusas e inconsistentes. Un etólogo será quien valore al perro en esta situación y paute un tratamiento.

Mi perro no quiere salir a la calle: causas y qué hacer - Problemas de salud física o emocional

Cansancio o fatiga

La apatía, mencionada en el punto anterior, debe diferenciarse del cansancio físico. Al igual que ocurre con las personas, si un perro ha estado jugando o corriendo durante un largo rato es probable que quiera descansar y que no le apetezca salir a pasear inmediatamente después, por mucho que suela disfrutar de salir a la calle.

Esto tiende a ocurrir en el caso de perros muy jóvenes, que necesitan muchas horas de descanso al día para asentar aprendizajes y desarrollarse adecuadamente, y de perros muy ancianos que, simplemente, no cuentan ya con la energía y resistencia que solían tener años atrás. Dejar descansar a tu peludo tras una actividad física intensa es imprescindible para preservar su salud física y mental.

Entorno poco estimulante

Si el paseo de tu peludo se desarrolla siempre por la mismas calles o zonas o no dura el tiempo suficiente, es posible que el perro se aburra o se frustre por no poder explorar más el entorno. Esto puede llegar a provocar que el animal pierda el interés por salir a pasear o que, durante el paseo, se pare en seco, tire hacia otro lado o se comporte de manera ansiosa.

Estimular al perro es imprescindible para su correcto desarrollo y, para ello, se recomienda (si no existe contraindicación por parte de un etólogo) ir variando de vez en cuando el paseo, visitar nuevos parques, caminar por zonas verdes y tranquilas y hacer eventualmente escapadas al campo o a la montaña para que el animal pueda explorar, olfatear, correr y jugar a su anchas.

Ansiedad por separación

Un motivo, algo menos frecuente pero igualmente preocupante, por el que el perro puede no querer salir a pasear es que el animal padezca un problema de ansiedad por separación. En este caso, el perro no tendrá ningún problema en salir a pasear con su figura de apego, pero no querrá salir a la calle ni caminar junto a ninguna otra persona.

En esta situación, el perro siente mucha ansiedad si se separa físicamente de su tutor y luchará activamente por volver junto a él. Esto puede llegar a ser incluso peligroso, pues no es la primera vez que un perro logra zafarse de la correa y escapar en busca de su tutor, con el riesgo de ser atropellado o provocar un accidente.

Si tu peludo tiene ansiedad por separación, la única manera de ayudarle a superar el pánico por salir a pasear con otras personas, es tratando su problema de base, es decir, la ansiedad. Por desgracia, no existe una forma sencilla y rápida de trabajar adecuadamente esta alteración de comportamiento, pues es necesaria mucha paciencia, constancia y empatía durante el tratamiento. Un etólogo será quien te guie durante el proceso y te aseguramos que ver a tu peludo mejorar y superar la ansiedad será el mejor regalo que puedas imaginar.

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