¿Los perros pueden comer tamarindo?

El tamarindo es una fruta de origen africano muy utilizada en la gastronomía de Sudamérica y Asia, entre otras regiones. Pertenece a la familia de las leguminosas, y su fruto consiste en vainas duras y alargadas, con forma de media luna y unos 10 cm de largo, que contienen una pulpa interna muy densa de color marrón oscuro, pegada a un hueso. Además, dentro de la vaina se forman unos hilos que rodean los pequeños huesos y se adhieren a la pulpa, los cuales deben ser retirados antes de consumirla.

El tamarindo es una fruta de sabor agridulce que puede atraer la atención de nuestros perros. Sin embargo, ¿es adecuado ofrecer tamarindo a un perro? La respuesta es que puede darse con mucha moderación y cuidado, ya que es una fruta con muchos beneficios para la salud, pero es mejor no dar tamarindo a un perro debido a que también presenta varios riesgos. Estos riesgos se deben a sus componentes, que pueden causar problemas de salud o intoxicación, y a su cáscara y huesos, que podrían provocar obstrucción intestinal o asfixia si no se retiran antes de que los perros lo consuman.

Los tamarindos ofrecen numerosos beneficios para la salud, como el refuerzo del sistema inmune, protegiendo contra infecciones gracias a su contenido en antioxidantes y vitamina C. Otros beneficios incluyen la mejora del tránsito intestinal, reduciendo el estreñimiento por su contenido en ácido málico y tártárico, que tienen efectos laxantes; la reducción de la inflamación debido a su contenido en lupeol, que posee propiedades anticancerígenas y antiinflamatorias. También tiene propiedades para mejorar la función cardiovascular, protegiendo contra la arteriosclerosis, y contribuye al control de la diabetes.

Sin embargo, a pesar de estos beneficios, lo mejor es no ofrecer tamarindo a nuestros perros, ya que contiene un compuesto tóxico llamado ácido tartárico, además de bitartrato de potasio, que parece afectar a los riñones de los perros, produciendo lesiones similares a las causadas por el consumo de uvas y pasas, también ricas en estos compuestos. Por otro lado, el tamarindo también contiene taninos, que resultan tóxicos si se consumen en grandes cantidades.

Los perros no deberían consumir tamarindo debido a su contenido en ácido tartárico y bitartrato de potasio, una sal de potasio del ácido tartárico que es una sustancia tóxica para ellos. Esta sustancia parece afectar a los perros de manera similar a otras frutas tóxicas, como las uvas, que también la contienen, provocando síntomas como vómitos, insuficiencia renal aguda y azotemia. Aquí hablamos de las uvas: "¿Los perros pueden comer uvas?".

Además, los perros con sobrepeso u obesidad tampoco deberían comer tamarindo debido a su contenido en carbohidratos y azúcar. Esto también aplica a los perros diabéticos o con resistencia a la insulina. Tampoco es recomendable que lo consuman aquellos que sufran problemas intestinales, especialmente si padecen diarrea o tienen un tránsito intestinal acelerado, ya que sus efectos laxantes pueden empeorar la situación. Por último, no es conveniente ofrecer tamarindo sin retirar los huesos, hilos o la cáscara, ya que esto aumenta el riesgo de asfixia o de una posible obstrucción intestinal en los perros.

Los síntomas de una intoxicación por tamarindo o del consumo excesivo o inadecuado de esta fruta en los perros se pueden clasificar según las sustancias que contiene.

Por un lado, encontramos el ácido tartárico, que le da al tamarindo su característico sabor y puede resultar pesado o irritante para el estómago de los perros, provocando inflamación que puede derivar en vómitos, diarrea, acidez gástrica o dificultad para absorber nutrientes de la dieta. Por otro lado, el bitartrato de potasio, cuando se consume en cantidades significativas, puede afectar a los riñones de los perros, desembocando en insuficiencia renal aguda y causando un desequilibrio en los electrolitos. Por último, un consumo elevado o frecuente de tamarindo puede generar problemas de sobrepeso, obesidad, diabetes o caries dentales debido a su contenido de azúcar. Además, si se ofrece con cáscara, hilos o semillas, puede provocar atragantamiento u obstrucción intestinal en los perros.

Si tu perro ha comido tamarindo de manera accidental, ya sea en pequeña cantidad o en grandes cantidades si había varios en el frutero, la preocupación dependerá de la cantidad ingerida. Una pequeña cantidad en un perro mediano o grande no debería ser motivo de gran angustia, pero si el perro es pequeño y ha comido una cantidad moderada o excesiva para su tamaño, deberías contactar a un veterinario y acudir al centro para informar sobre el problema. Además, es importante monitorear los síntomas que presente tu perro, ya que en algunos casos puede ser necesario ingresarlo para controlar la insuficiencia renal o los síntomas asociados que puedan haber surgido como consecuencia de la intoxicación o el consumo excesivo de tamarindo.

Ahora que sabes que los perros no pueden comer tamarindo, compartimos un vídeo con otros alimentos prohibidos:

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