¿Los perros echan de menos a sus dueños?
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Seguro que, como cuidador de uno o de varios perros te has hecho alguna vez esta pregunta: ¿los perros echan de menos a sus dueños? Cuando salimos de casa y los dejamos solos, los llevamos a alguna residencia canina, pero, también, si los adoptamos tras haber pasado por un abandono o por el fallecimiento de su cuidador principal, estamos ante situaciones en las que nosotros sentiríamos tristeza, nostalgia o preocupación. Sabiendo lo empáticos que son los perros, ¿acaso les sucede a ellos lo mismo? Lo descubrimos en este artículo de ExpertoAnimal.
¿Los perros echan de menos a sus dueños cuando se quedan solos?
No son pocos los perros que, nada más se quedan solos en el hogar, experimentan lo que se conoce con el nombre de ansiedad por separación. Se trata de un cuadro que se caracteriza por aullidos, lloros, destructividad, evacuación inadecuada, etc. Pero más que deberse a lo que desde la perspectiva humana entenderíamos como echar de menos, es un problema de gestión de la separación que, como tal, puede solucionarse poniéndose en manos de un profesional del comportamiento canino o etólogo.
Fuera de este trastorno, los perros no cuentan el tiempo igual que lo hacemos nosotros, aunque sí interiorizan sus rutinas, que son las nuestras. En otras palabras, el perro siente cuándo ha llegado la hora de comer o de pasear, pero, si nos retrasamos, no va a sufrir, ya que se adaptará a la situación. Los perros viven el momento. Cuentan con la capacidad de aprender a vivir todos los días con lo que tienen.
Esto no es incompatible con que nos reciban con gran euforia cada vez que volvemos a casa. Nosotros no somos solo su máximo referente, sino que representamos lo mejor de su vida, es decir, cariño, paseo, comida y, por supuesto, la compañía fundamental para un animal tan sociable y social como el perro.
¿Qué siente tu perro cuando lo dejas en una residencia canina?
Por otra parte, en ocasiones, sobre todo cuando nos vamos a ausentar varios días, no dejamos al perro solo en casa, sino que lo trasladamos a un centro especializado en el que queda a cargo de profesionales del ámbito canino. Son las llamadas residecias o guarderías para perros. Cuentan con la ventaja de que el perro está atendido en todo momento y, además, tiene la oportunidad de relacionarse con otros perros, si es sociable.
Algunos cuidadores son reticentes a dejar a su perro en una residencia porque temen que él lo viva como un abandono. Lo cierto es que, al igual que cuando se queda solo en casa, el animal no lleva un control del tiempo como el nuestro y, aunque al principio pueda sentirse desubicado por el cambio, si está bien cuidado aprovechará el momento. En otras palabras, no va a pasar los días pensando en su casa ni en su cuidador.
Además, escogiendo una buena residencia e incluso llevando al perro con anterioridad para darle la oportunidad de que conozca el sitio y a las personas antes de quedarse unos días, ayudaremos a que su periodo de adaptación sea más rápido y exitoso.
¿Los perros extrañan a sus dueños fallecidos?
El vínculo que se llega a establecer entre perro y cuidador es muy profundo. Si para nosotros la muerte de nuestro perro supone un duro golpe, no es raro que los perros también pasen su propio duelo. Además, hay que saber que ellos son expertos en la lectura de nuestro lenguaje corporal. Esto quiere decir que, aunque no hayan presenciado el fallecimiento o no lo entiendan como tal, sí perciben que la familia sufre y ese dolor llega hasta ellos.
No solo pueden entristecerse ante la muerte de un cuidador. La falta de un congénere o cualquier otro animal que lo hubiese acompañado a lo largo de su vida es motivo para que el perro note su ausencia. Un perro en esta situación puede perder el apetito, pasar más tiempo tumbado o durmiendo, pedir afecto y atención o manifestar conductas anómalas. También puede tumbarse en el lugar favorito del ser querido que falta o cerca de sus objetos. En este artículo titulado ¿Por qué mi perro está triste? puedes leer otras señales de tristeza comunes.
Pero, como hemos señalado en el apartado anterior, los perros son muy buenos adaptándose a las circunstancias. Por eso, si se encuentran en un entorno con otras personas que los cuidan y se preocupan por su bienestar en estos duros momentos, lo habitual es que consigan recuperar el gusto por la vida.
¿Un perro olvida a su dueño?
Como apuntamos, el vínculo tan estrecho que se establece entre un perro y la persona que lo cuida podríamos decir que es irrompible. El perro lo incorpora a su memoria a largo plazo en la que su cuidador está asociado a sensaciones positivas. La evocación de la persona que ya no está, por ejemplo mostrándole una prenda con su olor o una grabación con su voz, activa todas estas sensaciones que el perro ha guardado en su memoria, aun mucho tiempo después de su muerte.
Así, un perro no va a olvidar nunca a su cuidador fallecido, pero sí puede acostumbrarse a disfrutar de la vida sin él si tiene la suerte de contar con una familia que se haga cargo de sus necesidades y se preocupe por su bienestar.
¿Cuánto tarda un perro en adaptarse a un nuevo dueño?
Cuando un perro es abandonado o, simplemente, se le saca del entorno que reconoce como su hogar, independientemente de que haya sido mejor o peor tratado, todo su mundo se desmorona. Los perros necesitan previsibilidad, por lo que, si te preguntas qué siente un perro cuando cambia de dueño, es fácil que muestre signos de tristeza ante una situación en la que ha perdido todo control y cualquier referente. Incluso algunos perros pueden llegar a un estado de depresión.
En cualquier caso, el perro se sentirá desubicado y recuperar el control de la situación le llevará más o menos tiempo, dependiendo tanto de sus circunstancias como de las del entorno nuevo al que llegue. Por eso en los casos en los que sepamos que no hay más remedio que dejar al perro en otro hogar, el cambio debe hacerse poco a poco para minimizar la desorientación del animal. En conclusión, no se puede hablar de un número de días de adaptación exacto e igual para todos. La adaptación depende de múltiples factores.
No hay que olvidar que un perro que ha tenido la desgracia de caer en un entorno hostil donde no se le ha dado la oportunidad de desarrollar un vínculo seguro, no ha podido socializarse, no ha recibido estimulación y, encima, ha sido maltratado física o psicológicamente, no solo va a manifestar tristeza o desubicación, sino que podemos encontrarnos con un perro con daños psicológicos graves que incluso necesite ayuda profesional. Sin duda, su nueva familia es mejor que la anterior, pero él necesita tiempo para volver a confiar en las personas. Algunos pueden tardar más de un año.
Por eso no hay un periodo de adaptación igual para todos, ya que variará en función tanto de su punto de partida como de las características de los nuevos cuidadores. En cualquier caso, hay que saber que, incluso animales adoptados con una edad avanzada o con problemas para la convivencia, pueden adaptarse. Así, adoptar a un perro le permite seguir siendo feliz o, en el caso de los ejemplares que han sido maltratados, lograr, por fin, la vida que se merece todo ser vivo.
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- Fogle, Bruce. 1999. Los Perros hablan sobre sus Dueños. Madrid. Ateles Editores.
- Morris, Desmond. 1988. Observe a su perro. Barcelona. Plaza Janés.