¿Los perros ciegos sufren?
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Los perros, al igual que las personas, pueden sufrir diferentes circunstancias o patologías que les provoquen un estado irreversible de ceguera. Entre las principales causas podemos encontrar las cataratas provocadas por edad avanzada o por patologías como la diabetes mellitus, los traumatismos y accidentes, las neoplasias, las intoxicaciones o ciertos síndromes genéticos y/o degenerativos como la atrofia progresiva de retina.
Para los seres humanos la vista es un sentido especialmente importante porque somos animales muy visuales, lo que significa que guiamos nuestras acciones principalmente a través de lo que percibimos por los ojos. Sin embargo, el sentido principal de los perros no es la vista, sino el olfato, seguido por el oído. Esto implica que, para ellos, perder la vista no es tan incapacitante como lo puede llegar a ser para nosotros, y resulta sorprendente la enorme habilidad que tienen los canes para adaptarse a la falta de visión y continuar haciendo una vida completamente normal. Si notas que tu peludo cada vez ve peor o si ya se ha quedado completamente ciego y estás preocupado por si los perros ciegos sufren o no, en este artículo de ExpertoAnimal resolvemos todas las dudas que te puedan surgir.
¿Un perro ciego es feliz?
La felicidad de los perros no depende de su capacidad visual, por lo que si el animal está bien atendido, todas sus necesidades emocionales, sociales y fisiológicas están adecuadamente cubiertas y cuenta con la compañía de unos tutores que le quieren y se preocupan por su bienestar, un perro ciego no sufre y será perfectamente feliz, exactamente igual que uno que pueda ver.
Tal y como hemos mencionado en la introducción de este artículo, el sentido principal de los perros y el que les permite orientarse e interactuar con otros individuos y con el entorno que les rodea es el olfato. Además, también cuentan con un agudo sentido del oído, mucho más desarrollado que el nuestro. Esto deja a la vista en un segundo plano, pues, aunque la capacidad visual es obviamente muy útil para cualquier perro, estos animales han demostrado ser perfectamente capaces de adaptarse a la falta de visión. Los perros ciegos continúan realizando las conductas propias de su especie, pueden relacionarse con otros perros y personas de manera eficaz y disfrutan jugando y corriendo como cualquier perro, aunque a veces requieran de un tiempo para acostumbrarse a su nueva condición, en caso de que la ceguera haya sido adquirida de manera repentina.
¿Por qué un perro ciego puede sufrir?
Hemos visto que, en general, los perros ciegos no sufren y se adaptan bien a la vida. Sin embargo, hay determinados casos que debemos mencionar, diferenciando entre aquellos que nacen ciegos y aquellos que no:
- En caso de ceguera congénita: los animales que nacen siendo ciegos pueden tener ciertas dificultades a la hora de expresarse y comunicarse con otros animales, puesto que nunca han visto las señales corporales que otros canes y personas les han mandado. No obstante, cuentan con la ventaja de que, desde el primer momento, han aprendido a hacerlo absolutamente todo sin poder ver, por lo que son perros muy competentes que se comportan con total normalidad y viven igual de felices que cualquier otro animal.
- En caso de ceguera no congénita: los perros que se han quedado ciegos como consecuencia de alguna situación excepcional, como una enfermedad o un accidente, deben pasar por un proceso de adaptación que puede ser más o menos largo y complicado en función del carácter del animal o de lo traumático del suceso. Aunque sabemos que, al final, el perro puede llevar una vida completamente normal y feliz, sí que es cierto que puede experimentar miedo o inseguridad durante el proceso de adaptación, es posible que se asuste con mayor frecuencia por los ruidos de su alrededor, se muestre algo reacio a interactuar y/o a mantener contacto físico con otros individuos o esté más apático de lo normal durante las primeras semanas de ceguera.
No obstante, debes saber que los canes no son capaces de interpretar sus emociones de una manera tan compleja como lo hacemos los humanos, por lo que, aunque puedan sentirse algo tristes, desorientados o inseguros durante un tiempo, no tendrán pensamientos catastrofistas que les provoque sufrimiento.
¿Cómo saber si un perro ciego sufre?
Si tu perro ha nacido ciego o se ha quedado ciego de manera progresiva, es muy probable que no veas grandes cambios en su comportamiento a medida que pasa el tiempo, pues ha tenido la oportunidad de ir adaptándose poco a poco a la pérdida de visión. Sí que es cierto que existe más probabilidad de que se asuste o se haga daño al no ser capaz de ver un potencial peligro (objetos contra los que puede golpearse, otros animales en medio de su camino, etc.), lo que quizá haga que el perro se vuelva algo más cauteloso o tímido, pero en ningún caso esto supone un sufrimiento para él.
Los perros que se quedan ciegos de manera muy repentina pueden mostrarse, como es lógico, más asustados e inseguros durante un tiempo, y esto lo pueden manifestar en comportamientos como los siguientes:
- Se esconde bajo de muebles, en esquinas o en lugares aislados.
- No responde cuando se le llama o emite señales de calma (se relame, gira la cabeza, mantiene la cola en posición baja y la mueve, agacha la cabeza, etc.).
- Se muestra desorientado y no se atreve a avanzar.
- Camina de manera extraña.
- Rechaza comer, jugar o interactuar con otros animales.
- Gime, se asusta o lloriquea cuando detecta algún obstáculo en su camino o cuando escucha algún ruido extraño.
- Pasa mucho tiempo nervioso, jadeando, temblando o salivando.
En este caso, te recomendamos contar con ayuda de un etólogo o un veterinario especialista para que te eche una mano durante el proceso de adaptación de tu perro. Enseñarle comandos básicos para orientarle, propiciarle un ambiente seguro, estable y tranquilo, y estimular el uso de sus otros sentidos, especialmente del olfato, le ayudarán a ganar confianza en sí mismo y a mejorar su bienestar.
¿Debo sacrificar a mi perro ciego?
¡Por supuesto que no! El único motivo legal y éticamente aceptable para eutanasiar a un animal es el de aliviar un sufrimiento que no puede solucionarse por otros medios, como son el quirúrgico o el farmacológico. Si un animal padece una patología o una condición que le provoca ceguera pero que, además, es irreversible, le produce mucho dolor y reduce de manera significativa su calidad de vida, una eutanasia humanitaria podría ser la mejor decisión para no prolongar la agonía del animal.
Sin embargo, si la única condición del perro es su ceguera, esto no tiene por qué afectar en ningún caso a su calidad de vida y eutanasiar al animal en esta situación estaría completamente injustificado. En este caso, lo que se debe hacer es ayudar al perro a habituarse a su falta de visión y adaptar su espacio y sus rutinas para que pueda llevar una vida completamente normal.
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