¿Los gatos pueden comer cebolla?

Sí, la cebolla es tóxica para los gatos. La cebolla o Allium cepa es una planta herbácea bienal que pertenece al género Allium y a la familia de las amarilidáceas. En este género también se incluyen otros vegetales como los ajos, los puerros o los cebollines. Se trata de una planta muy antigua, existiendo desde los sumerios en el año 6000 a.C y cuyo origen se establece en Pakistán y en Irán.

La cebolla es un vegetal poco calórico que contiene mucha fibra y elevadas cantidades de calcio, potasio y vitaminas. Destaca su contenido en quercetina por su valor como antioxidante y sus cantidades ricas en azufre. Sin embargo, también tiene unas sustancias tóxicas que son los alcaloides disulfuro, que se dirigen a los glóbulos rojos de los gatos. En concreto, lo que hacen es:

• Disminuir la actividad de la enzima glucosa-6-fosfato deshidrogenasa que se encarga de prevenir la oxidación de los glóbulos rojos.
• Debido a esto, se reducen las defensas antioxidantes de los glóbulo rojos y se destruyen, formando cuerpos de Heinz y derivando en una anemia hemolítica (anemia por rotura o destrucción de glóbulos rojos sanguíneos). No dudes en echarle un vistazo a estos otros artículos sobre la Anemia en gatos: síntomas y tratamiento.

Nuestros gatos no pueden comer cebolla, ni aunque sea un pequeño trozo debido al reducido margen de seguridad ya que tan solo 5 gramos por kg de peso son suficientes para que los glóbulos rojos de nuestro gato empiecen a sufrir las consecuencias de la oxidación y se destruyan, reduciendo el hematocrito (porcentaje de glóbulos rojos del total de la sangre) de nuestros gatos y apareciendo signos clínicos que pueden comprometer la vida de nuestro pequeño felino.

Teniendo en cuenta esto, los gatos más pequeños o los que pesen menos tienen mayor riesgo de intoxicación que un gato de gran tamaño y de mayor peso, pero eso no puede en ningún caso ser motivo de confianza a la hora de ofrecerles cebolla.

Además, da igual si la cebolla está cocinada o se la damos cruda, estos alcaloides no se desnaturalizan ni se inactivan con el cocinado, por lo que nunca debemos darles cebollas a nuestros gatos, ni ningún alimento que la contenga como ingrediente.

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Los síntomas que provoca la intoxicación por cebolla en los gatos son los derivados de una anemia por reducción del número de glóbulos rojos o anemia hemolítica debido a la destrucción de los mismos. Al reducir en número de glóbulos rojos nuestros gatos se encontrarán débiles pues estos son los encargados de transmitir el oxígeno mediante la hemoglobina, por lo que aparecerán signos clínicos como los siguientes:

• Aumento de la frecuencia cardiaca o taquicardia
• Aumento de la frecuencia respiratoria o taquipnea
• Debilidad
• Letargo
• Dificultad respiratoria o disnea
• Intolerancia al ejercicio
• Mucosas pálidas o coloración amarillenta de las mismas (ictericia)
• Orina de color oscuro

Además, el consumo de cebolla en los gatos puede dar lugar también a signos digestivos como:

• Pérdida de apetito o anorexia
• Vómitos
• Diarrea
• Dolor abdominal

Si tu gato ha ingerido cebolla debes actuar con rapidez y, aunque la intoxicación tarda en dar lugar a signos clínicos, el organismo de tu gato estará comenzando a destruir los glóbulos rojos. Por este motivo, no te confíes y acude a tu centro veterinario, ya que es indispensable que se le practique un vaciado gástrico o la inducción del vómito, así como el uso de sustancias que absorban o neutralicen los tóxicos como el carbón activado.

Si llevamos al gato demasiado tarde al veterinario cuando los síntomas de la intoxicación ya se han establecido serán necesarios los análisis de sangre y de orina a fin de detectar la gravedad del cuadro y en algunos casos será necesaria también una transfusión de sangre, así como fluidoterapia y medicamentos para controlar los signos digestivos en caso de que los hubiera.

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