Los animales más peligrosos de Tailandia

La cobra real es la serpiente venenosa más grande del mundo. Es importante resaltar que no presenta un comportamiento agresivo inicial, es decir, no ataca a no ser que se sienta intimidada. A pesar de ello, resulta imponente cuando muestra su gran cabeza erguida. Presenta hábitos diurnos y es bastante habitual que se cuele en las viviendas tradicionales. Por ello hay empresas dedicadas a su captura y a la reintroducción en su hábitat.

En libertad se llegó a capturar un ejemplar de unos 4'8 metros y 12 kg de peso, en Singapur, en el año 1951. Por otro lado, el récord de longitud en cautividad se ha registrado en el zoológico de Londres con 5'8 metros. Nunca se sabrá si podría haber crecido más, pues fue sacrificada al inicio de la 1º Guerra Mundial.

Es grande, peluda, agresiva y negra… ¡Parece temible sólo con esta descripción! Las hembras alcanzan hasta 16 cm y los machos son ligeramente más pequeños. Es una araña de actitud nerviosa lo que la hace más peligrosa, pues no duda en atacar ante el mínimo indicio de sentirse intimidada. A pesar de que su veneno es muy doloroso, no es mortal. La intoxicación puede ser más o menos fuerte según la resistencia del sujeto, desde sólo dolor a espasmos y vómitos.

Se encuentra en la densa selva, fundamentalmente, pues tiene una exigencia hídrica bastante alta, en torno al 70% u 80% de humedad relativa. Por lo que será extraño encontrarla en zonas urbanas.

El cuerpo de este artrópodo está compuesto por 21 segmentos y en cada segmento tiene un par de patas. Suele presentar un color rojizo y alcanza hasta 20 cm de longitud. Tiene un comportamiento agresivo por naturaleza y no duda en atacar.

La parte optimista de este ciempiés es que su veneno rara vez pasa de las 3-4 horas de dolor e hinchazón. La sintomatología, como en casi todos los venenos, depende mucho del estado de salud y la condición física de la persona atacada. Pero puede incluir náuseas y fiebres.

Esta impresionante avispa de mar es de los animales más letales del mundo. Mata un ser humano sólo por contacto. Dependiendo de la edad del individuo, que se vuelve más venenoso con los años, puede causar la muerte en sólo 3 minutos.

Los ejemplares más grandes pueden alcanzar el tamaño de un balón de baloncesto en el sombrero y 3 metros de largo en los tentáculos. Su distribución en el océano Índico y Pacífico hace que lleguen a las costas Tailandesas en más de una ocasión.

A pesar de que hay una gran "oferta turística" alrededor de estos animales sagrados, los elefantes no siempre no son animales amigables. Lo cierto es que como viven en grupos sociales tan estables se defienden ferozmente los unos a los otros. Por ello no debemos acercarnos a unos elefantes salvajes.

Es importante señalar que el maltrato de elefantes en Tailandia es una práctica habitual, por lo que no aconsejamos fomentar este tipo de turismo realizando paseos en elefantes. Es mejor optar por observarles en su hábitat natural o acudir a un santuario.

Es el segundo lagarto más grande del mundo llegando a medir 3 metros de longitud. Es bastante fácil de ver en los cauces de agua de Tailandia. A pesar de su naturaleza no agresiva, su boca está colonizada por miles de bacterias. Cualquier rozadura provocada por este animal podría derivar en una herida gravemente infectada.

El tigre de Tailandia está en grave peligro de extinción, es una especie que se está conservando en los monasterios como animal sagrado. Pero todavía quedan ejemplares salvajes en Parque Nacional de Thaplan.

Tailandia tiene una gran cantidad de perros callejeros. Estos animales no suelen tener comportamientos agresivos, pues viven rodeados de personas y están habituados a su presencia. A pesar de que no sean agresivos, hay un alto índice de infección por rabia. Lo cual supone un riesgo para el humano.

Son muy famosas las playas en las que los monos piden comida a los turistas, así como los templos que tienen colonias de monos a su alrededor. Estos animales pueden enfadarse si no obtienen lo que quieren o si se sienten amenazados, también son un grupo portador de la rabia. Pero estas colonias domésticas suelen ser muy pacíficas y curiosas.

Estos parásitos no son del todo peligrosos pero sí suponen una experiencia desagradable. En época de lluvias están por todos los senderos apartados de las ciudades, por lo que es habitual que parasiten a las personas. La parte buena es que, generalmente, no transmiten ninguna enfermedad.

A pesar de que debemos tener cuidado con estos animales de pequeño tamaño, los que más probabilidades tienen de ser peligrosos para los humanos son los pequeños mosquitos portadores de enfermedades diversas:

• Aedes aegypti puede ser portador del Dengue o de la fiebre amarilla.
• El género Aedes con sus dos especies transmite también el del chikungunya.

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