¿Las estrellas de mar tienen cerebro?

A diferencia de muchos animales que poseen un cerebro centralizado, las estrellas de mar no tienen un cerebro en el sentido convencional. En lugar de un cerebro, poseen un sistema nervioso distribuido que les permite realizar diversas funciones necesarias para su supervivencia.

¿Cómo es el sistema nervioso de las estrellas de mar? Se compone de las siguientes partes:

• Anillo nervioso. En el centro de la estrella de mar, alrededor de su boca, existe una estructura llamada anillo nervioso. Este anillo actúa como un centro de coordinación para las señales nerviosas que se transmiten a lo largo del cuerpo del animal.
• Cordones nerviosos radiales. Desde el anillo nervioso central se extienden cordones nerviosos a lo largo de cada brazo. Estos cordones nerviosos radiales permiten que cada brazo funcione de manera relativamente autónoma, recibiendo y enviando señales de forma independiente.
• Red epidérmica. Además, las estrellas de mar tienen una red nerviosa difusa en su epidermis, la red epidérmica, que ayuda en la detección de su entorno y en la coordinación de los movimientos de los pies ambulacrales, que son estructuras tubulares que utilizan para moverse y manipular objetos, como explicamos aquí: "¿Cómo se desplazan las estrellas de mar?".

A pesar de no tener un cerebro centralizado, las estrellas de mar pueden realizar funciones complejas gracias a su sistema nervioso descentralizado. Entre ellas podemos nombrar al movimiento y coordinación, ya que las estrellas de mar usan su sistema nervioso para coordinar el movimiento de sus brazos y pies ambulacrales. Esto les permite moverse de manera efectiva en busca de alimento y evadir depredadores. También pueden responder a estímulos externos, como la luz y el contacto físico. Tienen células sensoriales distribuidas por su cuerpo que les permiten detectar cambios en su entorno. Su sistema nervioso también juega un papel crucial en la regeneración de sus brazos. Cuando una estrella de mar pierde un brazo, el sistema nervioso puede reorganizarse y coordinar el crecimiento de un nuevo brazo.

La falta de un cerebro centralizado es una adaptación evolutiva que ha resultado exitosa para las estrellas de mar, ya que gracias a la estructura de su sistema nervioso puede adaptarse a su entorno y estilo de vida. Veamos con más detalle por qué las estrellas de mar no tienen cerebro como tal:

• Simetría radial. Las estrellas de mar, como miembros del filo Echinodermata, poseen una simetría radial, lo que significa que su cuerpo se organiza alrededor de un eje central. Este tipo de simetría es diferente de la simetría bilateral que tienen muchos otros animales, incluyendo los vertebrados, que desarrollaron un cerebro centralizado. La simetría radial de las estrellas de mar favorece la distribución de las funciones nerviosas a lo largo de sus brazos, lo cual no requiere un cerebro centralizado, a diferencia de la simetría bilateral que ha centralizado el sistema nervioso en un extremo del cuerpo, el cerebro.
• Estilo de vida lento y sésil. Las estrellas de mar llevan un estilo de vida poco móvil en comparación con otros animales que requieren respuestas rápidas y complejas a su entorno. En este sentido, los animales que necesitan moverse rápidamente y responder de manera inmediata a los estímulos del entorno (como escapar de depredadores o cazar activamente) tienden a desarrollar cerebros complejos y centralizados. Las estrellas de mar, en cambio, no requieren esta rapidez en sus respuestas debido a su estilo de vida más pausado.

Ventajas del sistema nervioso descentralizado

La descentralización del sistema nervioso en las estrellas de mar les proporciona ciertas ventajas evolutivas. La distribución del sistema nervioso en todo el cuerpo permite a las estrellas de mar sobrevivir y funcionar incluso cuando partes de su cuerpo son dañadas. Cada brazo puede operar de manera semiindependiente, lo que significa que la pérdida de un brazo no incapacita al animal. Esto les otorga mucha resiliencia ante los daños físicos. Así mismo, la capacidad de regenerar partes del cuerpo, como brazos, es facilitada por la naturaleza descentralizada de su sistema nervioso. Esto asegura que las señales nerviosas necesarias para el crecimiento y desarrollo del nuevo brazo estén presentes localmente.

Además, la evolución favorece estructuras que son eficientes energéticamente y adecuadas para el entorno y las necesidades del organismo. Un cerebro centralizado es energéticamente costoso de mantener. Para las estrellas de mar, un sistema nervioso descentralizado y menos complejo es suficiente para sus necesidades de supervivencia y es menos demandante energéticamente.

Las estrellas de mar no tienen cerebro pero sí un sistema nervioso descentralizado, lo cual les permite llevar a cabo todas las funciones necesarias para su supervivencia sin necesidad de un cerebro centralizado. Este sistema nervioso se compone principalmente de un anillo nervioso central, cordones nerviosos radiales y una red nerviosa epidérmica. Por tanto, funcionan de la siguiente manera:

• Sus brazos son autónomos. El anillo nervioso central se encuentra alrededor de la boca, en el centro del cuerpo de la estrella de mar, y actúa como un centro de coordinación para las señales nerviosas que se distribuyen por todo el cuerpo. Desde este anillo, se extienden cordones nerviosos a lo largo de cada brazo, conocidos como cordones nerviosos radiales. Estos cordones permiten que cada brazo funcione de manera relativamente autónoma, transmitiendo señales sensoriales y motoras a lo largo del brazo.
• Detectan estímulos del entorno. Además, gracias a la red nerviosa difusa presente en su epidermis, pueden detectar estímulos del entorno y a coordinar los movimientos de sus pies ambulacrales, que son estructuras tubulares que utilizan tanto para moverse como para manipular objetos. Esta red nerviosa epidérmica les permite responder a diversos estímulos externos, como la luz y el contacto físico, lo cual es crucial para su interacción con el medio ambiente.
• Realizan movimientos coordinados. A pesar de no tener un cerebro, las estrellas de mar son capaces de realizar movimientos coordinados y responder de manera eficaz a los estímulos gracias a su sistema nervioso distribuido. Por ejemplo, pueden mover sus brazos y pies ambulacrales de manera sincronizada para desplazarse, buscar alimento y evadir depredadores.
• Regeneran sus brazos. También tienen la capacidad de regenerar sus brazos, y este proceso está coordinado por su sistema nervioso descentralizado, que organiza la regeneración del tejido perdido. El diseño evolutivo y las características de las estrellas de mar, con su sistema nervioso descentralizado, es una adaptación que les permite funcionar de manera eficiente en su entorno marino. Para más detalles, no te pierdas este otro artículo: "¿Cómo se reproducen las estrellas de mar?".

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