Diferencias entre bichón maltés americano, coreano y europeo

El bichón maltés europeo es el más antiguo y se desarrolló en los puertos pesqueros de los países que conforman la cuenca mediterránea central, donde resultaba muy útil para combatir las plagas de ratas y ratones. Con el tiempo, este pequeño perro fue ganando popularidad y comenzó a cruzarse con otras razas para obtener ejemplares cada vez más pequeños. De estos cruces llegaron a surgir muchas variantes distintas de maltés, de varios tamaños, mantos y colores, pero finalmente la FCI reconoció al bichón maltés como raza única en 1954 y en su último estándar, publicado en 1989, especifica que únicamente el color blanco puro es deseable y está aceptado, por lo que las demás variantes fueron desapareciendo.

Características físicas

El bichón maltés europeo es un perro pequeño, su peso medio se sitúa entre los tres y los seis kilos, aunque puede variar dependiendo del individuo, y su altura es de unos 30 centímetros hasta la cruz. Su cuerpo es ligeramente más largo que alto y su cola se caracteriza por ser ancha en la base y delgada en el extremo, formando una curva recubierta de pelo suave y largo. En su simpática y blanca cara destacan una trufa negra y unos grandes y oscuros ojos redondos que le aportan una expresión dulce y atenta. Sus orejas tienen forma triangular y caen suavemente a ambos lados de su cráneo.

Sin duda, el rasgo más distintivo del bichón maltés europeo es su larguísimo pelaje de color blanco puro o marfil pálido. Su pelo sedoso y completamente liso cae a ambos lados de su tronco, cubriendo sus extremidades y llegando a tocar el suelo. En su cara, se forman largos bigotes que se unen con el pelo que sale de su cráneo y cae sobre sus orejas. Este manto requiere de muchos cuidados, entre los que se incluyen cepillados diarios para eliminar suciedad y prevenir la formación de nudos. Muchos tutores optan por recortar el pelo al bichón maltés para no tener que dedicar tanto tiempo en su cuidado. Esto es una buena opción siempre que se deje suficiente cantidad de pelo y que en ningún caso se rape al animal, pues esto podría ocasionarle problemas a nivel de salud física y comportamental.

Características conductuales

Esta pequeña raza es muy popular como animal de compañía y no es para menos, pues es un perro tranquilo en el hogar, muy versátil y alegre, apegado a sus tutores y difícilmente muestra comportamientos agresivos hacia otros perros o personas. Como con todas las razas, es imprescindible prestar especial atención a su educación y socialización durante la etapa de cachorro. Ir habituando al bichón maltés a la presencia de otros animales, niños, vehículos, sonidos, etc., y procurar que tenga experiencias positivas con todos ellos nos ayudará a prevenir posibles problemas de comportamiento en el futuro.

El bichón maltés europeo es un perro juguetón y muy inteligente que disfruta aprendiendo nuevos comandos y habilidades siempre a través del juego y del refuerzo positivo, por lo que es recomendable realizar con él pequeñas sesiones de entrenamiento de manera frecuente y ofrecerle una estimulación ambiental de calidad para evitar que se aburra o se estrese, especialmente cuando se queda solo en casa.

El bichón maltés americano es una línea de cría específica que nace con el deseo de crear una versión "toy" o "mini" del maltés tradicional o europeo. De esta forma, la principal diferencia entre el bichón maltés europeo y el americano es el tamaño.

El American Kennel Club (AKC), la institución encargada de la elaboración de los estándares de raza y del registro de pedigrees en Estados Unidos, recoge las principales características del bichón maltés americano desde que esta línea fue reconocida a finales del siglo XIX.

Características físicas

Aunque de cachorro resulta bastante complicado distinguir al bichón maltés americano del europeo, cuando estos completan su desarrollo físico se observan claramente diferencias en cuanto a su tamaño y peso. El maltés americano es una versión miniatura del ya pequeño maltés europeo, pues, mientras que los ejemplares de la línea tradicional pueden alcanzar los cinco o seis kilos de peso, los malteses americanos rara vez llegan a los tres kilos en la edad adulta. Sus patas son más cortas y su cuerpo más compacto, siendo prácticamente igual de altos que de largos, a diferencia de los europeos. Uno de sus principales rasgos distintivos lo encontramos en su cara, pues el maltés americano tiene el hocico bastante más corto y los ojos más grandes, lo que le proporciona un aspecto infantil.

Por otro lado, el pelaje del bichón maltés americano es igualmente blanco puro, largo y liso, pero considerablemente más denso, ya que pude incluso doblar la cantidad de pelo que posee el maltés europeo.

Características conductuales

En lo que respecta al temperamento, el bichón maltés americano es prácticamente igual que el europeo, pues el principal objetivo a la hora de crear esta línea era obtener ejemplares diferentes a nivel estético, pero no conductual.

A pesar de su pequeño tamaño, el maltés americano es un perro muy valiente y protector con su familia, que acostumbra a ladrar para advertir de la presencia de cualquier estímulo que considere un intruso. Por desgracia, muchos tutores tienden a sobreproteger a estos perros, puesto que, debido a su pequeño tamaño, los consideran frágiles y vulnerables. Como consecuencia de esta falta de autonomía y socialización, los malteses pueden desarrollar problemas conductuales relacionados con el miedo y la inseguridad. Por este motivo, es importante educarles desde cachorros, permitirles relacionarse, explorar el entorno libremente y cubrir sus necesidades tanto físicas como emocionales para que puedan desarrollarse y mostrar su natural temperamento afable, confiado y juguetón.

El bichón maltés coreano fue la última línea en aparecer. Surgió en Corea con una finalidad estética similar a la buscada por los americanos y poco tiempo después empezó a ser exportado a los Estados Unidos, donde algunos criadores los cruzaron con el bichón maltés americano.

Características físicas

El maltés coreano es prácticamente idéntico al americano, por lo que posee las mismas diferencias que este con respecto al bichón maltés tradicional o europeo. Esta línea asiática ha tratado de acentuar todavía más los rasgos propios del maltés americano para crear un perro aún más pequeño y compacto con apariencia de peluche. Es por esto que muchos conocen al bichón coreano como "perro micro", incluso más pequeño que el "toy" o "mini".

El bichón maltés coreano adulto ronda los dos kilos y medio de peso, su cabeza es algo más redonda que la de los ejemplares de otras líneas y sus ojos son muy grandes en proporción con el resto de su cuerpo. Además, estos lucen un intenso color negro, al igual que su trufa, lo que hace que destaquen mucho sobre su pequeño rostro. Sus extremidades, orejas y cola son cortas y su pelaje, igual de blanco y suave que el de sus variantes europea y americana, es, si cabe, todavía más frondoso y denso.

Otra de las diferencias entre el bichón maltés europeo, el americano y el coreano reside en el tamaño de las camadas. Las perras de maltés americano y, sobre todo, coreano son muy pequeñas, pues tan solo pesan unos dos kilogramos. Esto hace que no puedan gestar muchas crías y tan solo den a luz a dos o tres cachorros en cada parto. Sin embargo, las hembras de bichón maltés europeo pueden tener hasta ocho crías.

Características conductuales

El maltés coreano corre el mismo riesgo que sus congéneres de otras líneas de sufrir sobreprotección por parte de sus tutores, pero, si los cachorros permanecen un mínimo de ocho semanas junto a su madre y se les socializa y educa correctamente, los malteses coreanos son tremendamente sociables, vivaces, juguetones y cariñosos. Suelen sentir mucho apego hacia sus tutores, por lo que es recomendable enseñarles desde pequeños a tolerar la soledad y fomentar su autonomía a través de juguetes interactivos y de inteligencia.

Los malteses jóvenes son muy activos y tienden a aburrirse con facilidad, de manera que requieren estimulación mental a diario y pasar tiempo de calidad con sus tutores, ya sea a través de sesiones de entrenamiento en positivo o compartiendo juntos ratos de relajación y caricias. Al ser perros tan pequeños y caseros, no necesitan demasiado ejercicio físico, pero sí que deben salir a pasear, al menos, tres veces al día para explorar el entorno, socializar y hacer sus necesidades.

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