¿Cómo y dónde acariciar a un perro?

Lo primero que debes tener en mente es que cada perro tiene una personalidad y preferencias propias. Algunos peludos son naturalmente más abiertos o receptivos al contacto físico, mientras otros se muestran más independientes, tímidos o temerosos. Más allá del rol de la genética en una mayor o menor predisposición a ciertos patrones de conducta, la forma de actuar e interactuar de cada perro también es influenciada por la educación y las experiencias vividas, en especial durante sus primeros meses de vida.

Así pues, la forma más fiable de saber dónde acariciar a un perro, principalmente si se trata de un peludo callejero o desconocido, es observar su comportamiento. Verás que los canes tienden a acercar a nuestras manos las regiones o partes de su cuerpo donde prefieren recibir caricias, mientras que difícilmente exhiben aquellas en las que no desean ser tocados o manipulados.

No obstante, en líneas generales, la mayoría de los perros se muestran más receptivos al toque en las siguientes zonas de su cuerpo:

• La cabeza: es la mejor opción para empezar a acariciar a un perro o dar un masaje relajante a tu peludo. Casi todos los perros disfrutan enormemente de recibir suaves caricias detrás de las orejas, y algunos también en la barbilla.
• El pecho y lomo: son dos apuestas seguras cuando se trata de elegir dónde acariciar a un perro.
• El cuello: también es un punto de alta receptividad, pero algunos canes sienten algo similar a las cosquillas cuando alguien los rasca en esta región, por lo que no es una opción muy recomendable si lo que quieres es que tu perro se relaje. Para leer más sobre este tema, echa un vistazo aquí: “¿Por qué mi perro mueve la pata cuando le rasco?”.
• La base de la cola: este es un punto muy sensible debido a la concentración de terminaciones nerviosas. A algunos perros les encanta recibir caricias en la base de la cola o en la parte posterior de los muslos, pero manipular esta parte del cuerpo demanda un mayor nivel de confianza entre el can y quien lo acaricia.
• La barriga: es otro punto particularmente sensible en el cuerpo del perro, ya que aloja varios órganos vitales. Pero, al contrario de los gatos, a muchos peludos les gustan las caricias en la barriga e incluso suelen exhibirla como una invitación al toque. Así mismo, el perro necesita sentirse muy seguro y a gusto en la presencia de alguien para tener este tipo de gesto. Por ello, debes asegurarte de haber ganado la confianza de un perro antes de pretender acariciar su barriga.

Así pues, podríamos decir que estos son los mejores lugares donde acariciar a un perro, pero siempre es importante poner atención a las reacciones de cada can a medida que vamos avanzando con las caricias hacia otras regiones para certificar de que esté se encuentre a gusto en esta situación.

Por otro lado, la mayoría de los perros no se muestran receptivos al contacto físico en las siguientes zonas de su cuerpo:

• Las patas: para muchos perros, ser manipulados o incluso acariciados en las patas supone cierta privación de movimientos que puede generar una sensación de vulnerabilidad o incomodidad. Básicamente, mientras sostienes las patas de tus perros en tus manos les impides moverse con plena libertad y destreza, reduciendo su capacidad y agilidad de reacción. Para entenderlo mejor, no dudes en consultar en siguiente artículo: “¿Por qué a mi perro no le gusta que le toquen las patas?”.
• La cola: aunque muchos perros disfruten de recibir caricias en la base, la mayoría de los peludos rechaza casi todo tipo de contacto en toda la extensión de su cola. Esta es una región muy sensible de su cuerpo cuyos movimientos cumplen una función clave en la comunicación de los perros con sus congéneres y todo su entorno. Por ello, prefieren llevarla libre a todo momento y cualquier manipulación muy brusca o fuerte (por ejemplo, un apretón o un tironeo) puede causar dolor al perro, haciéndolo reaccionar negativamente.
• Orejas, ojos, trufa y boca: son los actores externos clave para las capacidades sensoriales de los perros (audición, visión, olfato y paladar) y están conformados de mucosas y estructuras sumamente sensibles. Cualquier toque más intenso en estas regiones puede generar incomodidad, dolor o incluso estrés en los perros, por lo que siempre hay que manipularlos con mucho cuidado a la hora de acariciarlos.

Varios “ingredientes” que componen una buena sesión de caricias dependerán de las preferencias de cada perro y del vínculo con la persona que lo acaricia. Por ejemplo, algunos perros disfrutan particularmente cuando su tutor los rasca más intensamente, mientras otros prefieren ser tocados de forma más suave.

Además, el contexto y el objetivo principal de las caricias también deben tenerse en cuenta. Por ejemplo, si te preguntas cómo y dónde acariciar a un perro para que se duerma, lo mejor es dar preferencia por los movimientos circulares y lentos, evitando las regiones de su cuerpo que pueden generar “cosquillas” o sobreexcitación.

No obstante, hay algunas pautas básicas de cómo acariciar a un perro que siempre debes tener en cuenta para evitar reacciones negativas y optimizar la experiencia del perro. Son ellas:

1. Empieza siempre llamando al perro con un tono de voz positivo, pero no sobreexcitado ni muy fuerte. Cuando el perro haya acudido a la llamada, ponte frente a él, agáchate un poco (manteniendo siempre una distancia de seguridad) y extiende tu mano con la palma abierta, permitiendo que tome su tiempo en olfatearte y demostrar o no interés en proseguir con la interacción.
2. Toca suavemente su cabeza y observa su reacción, para asegurarte de que tu perro realmente está receptivo al contacto físico.
3. Si tu perro te responde positivamente, puedes avanzar con las caricias hacia detrás de sus orejas, su pecho, cuello y el lomo, siempre con suavidad y atentándote a cualquier cambio en sus posturas o expresiones faciales cuando acaricias una nueva parte de su cuerpo. Al detectar cualquier señal negativa, interrumpe la manipulación en esta zona y vuelve a una con buena receptividad.
4. A medida que te acerques a la base de la cola, recuerda reforzar la atención a sus reacciones, ya que no a todos los canes les agrada la manipulación en dicha zona.

En todos los pasos, es fundamental que mantengas una postura neutral, un tono de voz calmado y evita hacer cualquier tipo de movimiento brusco, ya que el mismo podría asustar al perro y desencadenar una reacción negativa o interrumpir la sensación de relajación.

En este caso, lo primero y más fundamental es saber cómo acercarse a un perro callejero o desconocido sin asustarlo ni poner en riesgo tu integridad. Ten en mente que gran parte de los perros que han nacido o vivido mucho tiempo en las calles se han expuesto a condiciones insalubres y, muchas veces, han sido víctimas de maltrato. Por ello, es natural que desconfíen de las personas y quieran evitar todo aquello que les parezca desconocido.

Así pues, antes de seguir los anteriores pasos de cómo acariciar a un perro, es necesario que interpretes el lenguaje corporal de este can desconocido para detectar cualquier signo de postura defensiva u ofensiva, las cuales nos indican que es mejor no acercarnos.

Para ello, debes poner atención a las siguientes señales:

• El perro está muy asustado o miedoso: esconde la cola entre las piernas, tiene el cuerpo encorvado con las orejas echadas hacia atrás, y despliega señales de calma evidentes, como relamerse o bostezar constantemente.
• Adopta una postura defensiva: eriza su pelaje y mantiene las extremidades rígidas. Ladra rápida e incesantemente (sin pausas), como una señal de alerta, pudiendo también gruñir y enseñar los dientes.
• Signos de agresividad ofensiva: pelo erizado, extremidades sumamente tiesas, hocico arrugado, cola hacia arriba, generalmente enseñando los dientes. Los ladridos se vuelven más cortos y altos.

Si estos signos no están presentes en la postura y el comportamiento del perro desconocido, el próximo paso es captar su atención para lograr que él se acerque a ti por voluntad propia. Con este propósito, puedes intentar sencillamente llamarlo por un apodo lindo o usar bolitas de pienso, golosinas o incluso pequeños trozos de comida humana, evitando, lógicamente, cualquier alimento tóxico o perjudicial para los perros.

Una vez el perro desconocido se haya acercado a ti y muestra una conducta claramente amigable, recuerda no acercarte bruscamente ni tocarlo inmediatamente, porque ello podría asustarlo. Mejor sigue el paso a paso de cómo acariciar a un perro que te explicamos en el anterior apartado.

Por otro lado, si se trata de un perro extraviado o callejero al que te gustaría ayudar, encontrarás todo lo que necesitas saber en la siguiente guía: “¿Cómo ayudar a los perros callejeros?”.

Si deseas leer más artículos parecidos a ¿Cómo y dónde acariciar a un perro?, te recomendamos que entres en nuestra sección de Qué necesitas saber.

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