Cobaya peruana o peruviana

Al contrario que otras razas de cobayas que han surgido en el marco de diferentes investigaciones científicas, es decir, que han sido creadas por medio de la ingeniería genética, las cobayas peruanas han surgido de una forma completamente natural. Esta raza debe su nombre a que son endémicas de países latinoamericanos como Perú, así como Bolivia o Argentina. En América del Sur estos animales han sido, y desafortunadamente aún son, consumidos y muy apreciados por el sabor de su carne.

En otros países, los cuy o conejillos de indias, otros de los nombres que reciben las cobayas, no se consumen como producto alimenticio, si no que son apreciados por su compañía, habiéndose popularizado como mascotas. Este es el caso de la cobayas peruanas, que dado lo llamativo de su pelaje se han convertido en una de las razas de cobaya más apreciada para su tenencia como animal doméstico.

Las peruanas son unas cobayas de tamaño medio, con un peso de entre 700 gramos y 1,2 kilogramos y un tamaño de entre 23 y 27 centímetros. Esta raza de cobayas tiene una esperanza de vida media que abarca desde los 5 a los 8 años.

Estas cobayas presentan un pelaje muy especial, no solo por lo largo que es este pelo, si no porque se da una división del mismo en la parte superior de la cabeza, que baja por todo el lomo. Este pelo puede crecer hasta alcanzar los 50 cm de longitud, teniendo dos rosetas o remolinos muy característicos. Pueden ser de diferentes colores y patrones, aunque suelen ser monocolores y bicolores, siendo raro encontrar una peruana tricolor.

Al igual que la mayoría de las cobayas, la cobaya peruana se caracteriza por su personalidad cariñosa y dócil. Tienen un marcado instinto de exploración, ya que son animales muy curiosos y atentos.

Además son muy sociables, aunque algo miedosas, por lo que pueden mostrar recelo cuando se presentan situaciones o personas nuevos, así como cuando hacemos que interactúan con otros animales. Sin embargo, cuando cogen confianza son un verdadero amor, ya que son muy melosas y adoran que las mimemos y pasemos tiempo a su lado.

Las cobayas no llevan bien la soledad, pues son animales gregarios, es decir, que suelen vivir en grupos, por lo que se recomienda no tener una sola cobaya, si no tener al menos una pareja.

El largo y tupido pelaje de estas cobayas puede resultar, además de muy llamativo por su belleza, uno de los aspectos que más requerirán de nuestra atención, y de bastante paciencia. Pues el cepillado ha de ser de mínimo uno al día.

Tendremos que estar muy pendientes de que el pelo de nuestra cobaya peruana esté limpio y desenredado, se recomienda cortar el manto regularmente para evitar que al crecer el pelo este sea tan largo que para poder mantenerlo sin enredos nos volvamos locos. Además dadas las características de su pelo, las cobayas peruanas han de ser bañadas con bastante frecuencia, atendiendo a que luego queden muy bien secas, ya que presentan tendencia a sufrir de la presencia de ácaros.

En cuanto a la alimentación de la cobaya peruana esta no varía con respecto a las de otras razas de cobaya, incluyendo pienso, ajustando la cantidad al peso y edad de nuestra mascota, y frutas y verduras que les proporcionen todas las vitaminas y minerales que requiere su sistema. Las cobayas siempre han de tener acceso a heno y agua fresca.

Como hemos mencionado al hablar de sus cuidados, la cobaya peruana al tener el pelo tan largo y denso suelen padecer de infestaciones por ácaros, esto se puede prevenir con baños regulares, en caso de que ya se haya producido podremos solucionarlo con la ayuda de un veterinario que nos prescriba los desparasitantes necesarios. En el caso de advertir que la cobaya está enferma también deberemos visitar al veterinario.

Las cobayas peruanas son tremendamente golosas, por lo que hemos de controlar el suministro de frutas que resulten demasiado calóricas, pues tienden a desarrollar sobrepeso e incluso obesidad. Esto lo prevendremos con una dieta ajustada a sus necesidades calóricas y complementada con la realización de actividad física diaria, sacándolas de la jaula varias veces al día y preparando juegos que las motiven a mantenerse activas.