Cigüeña blanca

La cigüeña blanca (Ciconia ciconia) ha habitado el planeta desde tiempos remotos, con sus primeras apariciones datadas en el periodo del Mioceno, hace más de 20 millones de años. Esta especie pertenece a la familia Ciconiidae, que incluye a otras cigüeñas distribuidas por diversos continentes.

Durante siglos, la cigüeña blanca ha sido venerada en varias culturas, especialmente en Europa, donde se le ha atribuido el mito de traer a los bebés, una leyenda que probablemente surgió en Alemania y se extendió por toda Europa en la Edad Media. Su resistencia y adaptabilidad han permitido que sobreviva en diversas regiones y condiciones climáticas a lo largo de su historia evolutiva.

El tamaño de la cigüeña blanca es grande, y es que es un ave con una longitud de entre 100 y 115 cm y una envergadura alar que puede alcanzar hasta 2,2 metros. Su peso varía entre 2,5 y 4,5 kg, siendo las hembras generalmente más ligeras que los machos.

Otras características de la cigüeña blanca son las siguientes:

• Plumaje: es predominantemente blanco, aunque las plumas de vuelo en las alas (plumas primarias) son de un negro brillante debido a la alta concentración de melanina, lo que fortalece las plumas para el vuelo de larga distancia.
• Pico: es largo y recto, de color rojo intenso en los adultos. Es una herramienta adaptada para la captura eficiente de presas.
• Patas: también son rojas y largas, adaptadas para caminar en terrenos acuosos o pantanosos.

Las cigüeñas carecen de siringe, lo que las hace prácticamente mudas, pero compensan esta limitación vocal con un comportamiento característico: el “crotoreo”, que consiste en golpear sus picos repetidamente para producir un sonido similar a un tamborileo, utilizado en rituales de cortejo o para defender el territorio. Si quieres conocer más datos curiosos, no te pierdas este artículo: "Curiosidades de las cigüeñas".

La cigüeña blanca prefiere regiones con amplias áreas abiertas como humedales, llanuras de inundación, praderas y zonas agrícolas, donde puede encontrar abundantes recursos alimentarios. A menudo se encuentran en las cercanías de cuerpos de agua dulce, como lagos, ríos y marismas.

Durante la temporada de cría, buscan lugares elevados para construir sus nidos, lo que incluye árboles, acantilados, torres, chimeneas y postes de electricidad. En áreas urbanas y rurales de Europa y Asia, las cigüeñas han desarrollado una estrecha relación con los seres humanos, anidando en edificios y otras estructuras hechas por el humano.

Su distribución abarca gran parte de Europa, desde la península ibérica hasta Polonia y Rusia, extendiéndose al suroeste de Asia y el norte de África. Durante la migración, viajan hasta África subsahariana, donde encuentran climas más cálidos y una abundante disponibilidad de presas.

Son aves migratorias con dos rutas migratorias principales: la oriental y la occidental. Las poblaciones occidentales cruzan el estrecho de Gibraltar para llegar a África occidental, mientras que las orientales cruzan el Bósforo y el Sinaí hacia el este de África. Migran en grandes bandadas, utilizando las corrientes térmicas para planear durante largos periodos, ahorrando así energía en sus vuelos de miles de kilómetros.

Las cigüeñas blancas son aves monógamas durante la temporada de cría, aunque no mantienen la misma pareja de por vida. Las cigüeñas muestran una fuerte fidelidad a sus lugares de anidación, regresando al mismo nido año tras año. Durante la temporada de cortejo, los machos suelen llegar primero a los sitios de anidación y realizan exhibiciones elaboradas para atraer a las hembras.

Son aves diurnas y se encuentran más activas durante el día en la búsqueda de alimento y en la defensa de su nido. Aunque generalmente son solitarias durante la alimentación, en las zonas de anidación pueden formar grandes colonias.

Son aves predadoras oportunistas, lo que significa que se alimentan de una amplia gama de presas según la disponibilidad. Su dieta incluye:

• Insectos grandes como escarabajos, saltamontes y libélulas.
• Pequeños vertebrados como anfibios (ranas y sapos), reptiles (lagartijas y serpientes pequeñas), peces y pequeños mamíferos como ratones y topos.
• Crustáceos y moluscos en los humedales.

Las cigüeñas suelen cazar caminando lentamente por el suelo o en aguas poco profundas, utilizando su largo pico para capturar rápidamente a sus presas. En áreas agrícolas, también se alimentan de pequeños roedores y gusanos que encuentran en los campos de cultivo, aprovechando la alteración del hábitat provocada por el ser humano. En tiempos de escasez, pueden recurrir a la carroña o restos orgánicos. Para más detalles, no te pierdas este artículo: "¿Qué comen las cigüeñas?".

La reproducción de la cigüeña blanca es un proceso elaborado que comienza en la primavera, cuando las parejas monógamas se establecen en nidos que pueden haber utilizado en años anteriores. Los nidos son estructuras grandes y duraderas, construidas con ramas, hierba, barro y otros materiales, y pueden alcanzar más de un metro de diámetro y varios cientos de kilos de peso.

La puesta suele consistir en 3-5 huevos, de color blanco, que son incubados por ambos progenitores durante unos 33-34 días. Tanto el macho como la hembra participan en la alimentación de los polluelos, que nacen con un plumaje blanco y lanudo. Los jóvenes cigüeñuelos permanecen en el nido entre 58 y 64 días, durante los cuales son cuidados intensamente por sus padres hasta que pueden volar y valerse por sí mismos. La madurez sexual se alcanza alrededor de los 4 años, momento en el cual comienzan a buscar pareja y a reproducirse.

En ocasiones, las cigüeñas pueden cometer lo que se conoce como infanticidio parental y en este post te explicamos los motivos: "¿Por qué las cigüeñas matan a sus crías?".

La cigüeña blanca puede vivir más de 30 años, siendo una de las aves más longevas en la naturaleza, lo que las convierte en un símbolo de longevidad en muchas culturas. No obstante, su longevidad depende, en gran medida, de factores como la disponibilidad de alimento, las características del hábitat, la presencia de depredadores o el clima.

A pesar de que actualmente la cigüeña blanca está clasificada como una especie de "preocupación menor" por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), su situación no siempre fue favorable. Durante gran parte del siglo XX sufrió un declive poblacional importante en Europa occidental, causado principalmente por la pérdida de hábitat debido a la desecación de humedales, el uso extensivo de pesticidas y la electrocución en líneas eléctricas.

En algunos países como Francia y Alemania, las poblaciones locales casi desaparecieron. Sin embargo, gracias a esfuerzos de conservación, como la restauración de humedales, la construcción de plataformas de anidación artificiales y la prohibición de pesticidas dañinos, las poblaciones de cigüeñas blancas han experimentado una notable recuperación. En la actualidad, el número global de cigüeñas blancas es estable o incluso creciente en algunas regiones, pero siguen enfrentando desafíos debido a la urbanización y el cambio climático.

• Las cigüeñas blancas pueden volar hasta 500 kilómetros en un solo día durante su migración, utilizando las corrientes térmicas para planear y ahorrar energía.
• El "crotoreo" que realizan con el pico es una de las pocas formas de comunicación de estas aves, ya que no tienen cuerdas vocales funcionales.
• En Europa, especialmente en los Países Bajos, Alemania y Polonia, las cigüeñas son un símbolo cultural que representa la fertilidad, el hogar y la familia. La leyenda de que traen bebés proviene de la observación de su regreso a los nidos al inicio de la primavera, época en la que nacen muchos bebés humanos.
• Cuando una pareja elige un nido, es común que lo utilicen durante toda su vida, ampliándolo cada año hasta que se convierte en una estructura monumental.
• En algunas regiones, los agricultores colocan plataformas para que las cigüeñas aniden, creyendo que su presencia trae buena suerte y prosperidad a sus cultivos.